LA PURIFICACION DEL SANTUARIO
La Biblia nos enseña que hay un templo en el cielo (Ap. 11:9; Heb. 8:1-2), del cual el santuario que Dios ordenó construir en el desierto es una copia, así como los sacrificios y servicios que se realizaban en él eran figuras, ilustraciones, de la obra de Cristo (Hebreos 8:5; 9:9. Una vez culminada su obra en la tierra, Cristo ascendió al cielo, donde continúa su obra por nosotros, como mediador ante el Padre (1 Timoteo 2:5. Hebreos 9:24. En el antiguo testamento, cuando el pecador quería conseguir perdón de sus pecados, traía un animal y lo sacrificaba en el altar, entonces el sacerdote ponía la sangre sobre los cuernos del altar (Levítico 4:30) y el pecador quedaba perdonado, pero quedaba un sangriento registro de sus pecados en los cuernos del altar. (Esto nos ayuda a comprender por qué se habla de libros de registros en los cielos Ej. Ap. 3:5; 20:12,15) Pero una vez al año, en el día de la expiación, el santuario era purificado de los pecados acumulados durante todo el año (Levítico 16:29-34. Este día era un día de juicio, en que el pueblo tenía que arrepentirse y afligirse por sus pecados Ho pena de ser cortado del pueblo (Levítico 23:27-29. De la misma manera que en el día de la expiación, el registro los pecados era quitado del santuario terrenal, el santuario celestial es purificado por la remoción definitiva del registro de los pecados que existen en los libros celestiales; pero antes de que se limpien definitivamente los registros, serán examinados, para determinar quién tienen derecho a entrar en su reino por el arrepentimiento y la fe en Cristo. Por lo tanto, la purificación del Santuario celestial implica una obra de investigación y juicio. Este juicio debe llevarse a cabo antes de la Segunda Venida de Cristo, ya que en esa ocasión Cristo vuelve "para recompensar a cada uno según sea su obra" (Ap. 22:12. Cuando en este juicio aparecen los nombres de los que han recibido el perdón de sus pecados por la fe en la sangre derramada de Cristo, sus pecados son eliminados del registro y se los considera dignos de vida eterna (Lucas 20:35).
El profeta Daniel revela la naturaleza de este juicio investigador, el cual se lleva a cabo mientras el poder apóstata simbolizado por el cuerno pequeño continúa su obra blasfema y perseguidora contra Dios y su pueblo en el mundo (Dan. 7:8, 20, 21, 25), se colocan tronos, y Dios preside en el juicio, frente a multitudes de testigos celestiales. Los libros son abiertos señalando el comienzo del proceso de juicio (Dan. 7:9-10. No es sino hasta después de este juicio, que el poder apóstata es destruido (Dan. 7:11. (No se debe confundir esta fase del juicio de Dios, con el juicio ejecutivo final, donde serán destruidos los pecadores.
LA FECHA DEL COMIENZO DEL JUICIO
En Apocalipsis 14:6-7 la iglesia es representada por un "ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra" Como sabemos, la tarea de predicar el evangelio fue encomendada a la iglesia y no a los ángeles. El mensaje del ángel es: "Temed a Dios y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado".
El juicio investigador en el santuario celestial comenzó en el año 1844. ¿Cómo llegamos a esta fecha? Para ello debemos estudiar la profecía de Daniel. "Hasta 2300 tardes y mañanas, luego el Santuario será purificado" (Daniel 8:14) En Génesis 1:5 vemos que una tarde y mañana equivale a un día. Un día profético, ha sido interpretado bíblicamente como un año literal (Véase Ezequiel 4:6,7; Números 14:34), así que el santuario sería purificado después de 2300 años. Pero, ¿cuándo comienzan a contarse estos 2300 años? La clave para entender el capítulo 8 de Daniel, está en el capítulo 9. En el capítulo 8 el ángel Gabriel comienza a explicar la visión a Daniel, pero éste cae enfermo (8:27), y cuando el ángel se le aparece nuevamente le dice "entiende la visión" (9:23) Como no se menciona una nueva visión es lógico suponer que Gabriel retoma la explicación anterior, explicando lo único que no había explicado antes, es decir, el factor tiempo.
Gabriel habla de 70 semanas que están "determinadas" para los judíos y Jerusalén (Dan. 9:24) El verbo hebreo empleado es chathak y significa "cortar" o "dividir". Es decir que Gabriel le dice a Daniel que 490años (70 semanas de 7 años) serían cortados del período mayor de 2300 años. El punto de partida es "la salida de la orden para restaurar y edificar Jerusalén" (Dn. 9:25), la cual fue promulgada en el año 457 A.C. por Artajerjes. Los 490 años se cumplieron con asombrosa exactitud: "habrá siete semanas... y se volverá a edificar la plaza y el muro" esto se cumplió en el año 408 A.C., es decir, exactamente 49 años después del decreto de Artajerjes. "Después de sesenta y dos semanas (434 años más) se quitará la vida al Mesías, mas no por sí", esto nos lleva al año 27 DC. (Año 15 de Tiberio y 780 de Roma) que fue el año del bautismo de Jesús. A partir del bautismo de Jesús resta una semana de 7 años: "a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda" lo cual se cumplió 3 años y medio después, cuando Jesús fue crucificado y el velo del templo se rasgó, indicando así que ahora eran innecesarios los sacrificios que habían sido figura de Cristo. Tres años y medios más tarde, en el año 34 DC. Se acabó el tiempo separado especialmente para los judíos, cuando comenzó la predicación a los gentiles (Hechos 13:46.Los 490 años entonces, terminaron el año 34 de nuestra era, si restamos 490 años de los 2300, quedan 1810 años. Como esos 1810 años debían extenderse más allá del año 34 de nuestra era, llegan hasta el año 1844.Ya que el Santuario terrenal fue destruido en el año 70 de nuestra era, no cabe otra posibilidad que la de que el santuario a ser purificado, es el del templo del cielo (Hebreos 9:24) El ángel le dijo a Daniel que cerrara las palabras y sellara el libro hasta el tiempo del fin (Daniel 12:4. Por eso no fue sino hasta poco antes del comienzo de la purificación del santuario, que en diversas partes del mundo estudiosos de la Biblia descubrieron la fecha de cumplimiento de los 2300 días. En Norteamérica, fue Guillermo Miller, quien concluyendo equivocadamente que la purificación del santuario se refería a la segunda venida de Cristo, predicó el mensaje del advenimiento. Sin embargo, aunque pasó la fecha y Cristo no regresó a la tierra, un grupo de creyentes siguieron estudiando las escrituras y descubrieron que la purificación del santuario era el juicio investigador que comenzó en el cielo.
El apóstol Juan vio en el templo del cielo: el candelabro (compare Ap. 4:2,5 con Ex. 25:37 ), el altar (comp. Ap. 8:3 con Ex. 30:1-3), el incienso (comp. Ap. 8:34 con Ex. 30:7-8) y el arca del pacto (comp. Ap. 11:19 con Ex. 26:33.

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