José Smith recibiendo la visita de unos seres luminosos que le revelaron un nuevo "evangelio" en el "Libro de Mormón" (imagen mormona)

"Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras" (2ª Corintios 11:14-15)
Los mormones y Joseph Smith La influencia de la masonería

El peso de la masonería en el reverdecer del ocultismo del siglo XIX fue, como vimos en las entregas anteriores, ciertamente extraordinario, hasta el punto de que no puede entenderse su historia sin hacer referencia a él. Ya hemos indicado como uno de sus componentes esenciales – y de sus atractivos – era la pretensión de poseer un conocimiento secreto, una gnosis, que sólo se comunicaba a los iniciados. Esta circunstancia - absolutamente esencial en la historia de la masonería y, sin embargo, tantas veces omitida - explica, por ejemplo, el considerable papel representado por la masonería en la configuración de algunas de las sectas surgidas durante el siglo XIX. En las siguientes entregas, nos ocuparemos del papel de la masonería en la fundación del mormonismo, de la Ciencia cristiana y de los testigos de Jehová.
De entre las sectas contemporáneas, la más importante, con diferencia, es la iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días, más conocidos popularmente como los mormones. En la actualidad, los mormones cuentan con no menos de diez millones de miembros en todo el mundo y un peso social, político y económico que supera con mucho el de ese número . Todo eso es más o menos conocido, lo que ya resulta mucho menos sabido es que Joseph Smith Jr. era masón y que la masonería desempeñó un papel muy considerable en el nacimiento y establecimiento de la secta.
La influencia de la masonería
Los libros sagrados de las diversas religiones suelen contener datos históricos, geográficos y arqueológicos susceptibles de ser verificados por los especialistas en estas ciencias. En alguna medida, su fiabilidad viene confirmada o negada precisamente por la posibilidad de verificar si los datos históricos o arqueológicos son o no reales. El ejemplo más destacado de esta tesis lo constituye, sin lugar a dudas, la Biblia. Los datos geográficos, históricos y arqueológicos que aparecen en la misma no sólo son reales y están cuidadosamente expuestos sino que han servido de base para realizar descubrimientos arqueológicos en tiempos modernos. En el caso de otros libros religiosos los datos son escasos y difícilmente comprobables vg: los libros canónicos del hinduismo, pero incluso así parece existir un fondo histórico real aunque se haya visto deformado por la leyenda. La única excepción a esta regla la constituye el Libro de Mormón, la presunta revelación divina recibida por Joseph Smith, un escrito que resulta aún menos fiable que los textos sagrados del hinduismo
La historia contenida en esta obra no deja de ser un tanto complicada en sus detalles. Haremos aquí un breve resumen de la misma en relación con sus aspectos fundamentales. En las páginas del libro canónico por antonomasia del mormonismo, se nos narra que un pueblo llamado jareditas, procedentes de la Torre de Babel, emigró a América en el año 2247 A.C. Supuestamente esta cultura ocupó América Central hasta desvanecerse a causa de los conflictos internos. Un superviviente llamado Ether escribió su historia en 24 placas metálicas.
No es de extrañar que ante los datos mencionados en el artículo anterior acerca del Libro de Mormón, multitud de personas dejen de creer en el carácter divino de la revelación de Smith. Uno de los casos más claros es el de Thomas Stuart Ferguson (1). Fundador de la Fundación Arqueológica del Nuevo Mundo, era un miembro respetado de la secta, en apoyo de la cual había escrito tres libros con argumentos a favor de la veracidad del Libro de Mormón. Tras veinticinco años de investigación, llegó a la conclusión de que "las pruebas en contra de Joseph Smith eran absolutamente rotundas" y perdió la fe en el mormonismo como revelación divina.
Bajo presiones de las autoridades de la secta escribió una carta en la que afirmaba que no rompería su relación con la misma, sin embargo, había dejado de creer - convencido por la aplastante evidencia en Joseph Smith como profeta de Dios
A pesar de todo, la verdad es que el Libro de Mormon levantó tantas expectativas que, al parecer, Joseph Smith decidió adentrarse por el camino de las sucesivas revelaciones. Supuestamente, en 1835, Smith compró varias momias egipcias y rollos de papiro de un tal Michael H. Chandler. Al parecer, el profeta tradujo los textos y con ellos formó el "Libro de Abraham" que está incluido en otro de los textos sagrados del mormonismo, "La Perla de Gran Precio".
Según la interpretación de Smith, el primer dibujo mostraba al sacerdote idólatra Elkenah intentando ofrecer a Abraham como sacrificio. El pájaro que aparecía en el dibujo era el Ángel del Señor, etc. Por desgracia para Smith, esta vez sí que hubo quien vio los textos. F.S. Spalding envió copias de este facsímil y de otros que dibujó Smith a varios de los egiptólogos más competentes del mundo. Todos, sin excepción, manifestaron que el tema de los papiros era el embalsamamiento de los muertos. Asimismo, fueron unánimes en afirmar que la interpretación de Smith - sagrada palabra de Dios para sus seguidores - era falsa y que no constituía una traducción veraz de los jeroglíficos. Al igual que ha sucedido con arqueólogos mormones que perdieron su fe en J. Smith después de examinar científicamente el Libro de Mormón ha acontecido con esta otra revelación. Dee Jay Nelson, un supuesto egiptólogo mormón, abandonó la secta tras examinar los datos y llegar a la conclusión de que la supuesta traducción de Smith era un fraude. Su caso no es único. A pesar de todo lo anterior - que, difícilmente, puede considerarse propio de una persona honrada - Joseph Smith no tuvo ninguna dificultad para que la masonería aceptara iniciarlo en sus secretos. Cómo se llegó hasta ese paso es - como sucede con tantos episodios de la historia de la masonería - verdaderamente novelesco. Dentro de la historia de la masonería constituye un capítulo especialmente importante el relacionado con la historia de la muerte de William Morgan, un hombre asesinado por escribir un libro en el que, supuestamente, revelaba secretos relacionados con la masonería. El episodio provocó una gran reacción contra la masonería en los Estados Unidos, pero no es ése el aspecto en el que vamos a detenernos aquí. Al ser asesinado Morgan por los mormones, dejó una viuda llamada Lucindia. Inicialmente, Lucindia no dudó en elevar votos de mantenerse fiel a la memoria de su marido y, por supuesto, recibió donativos de no pocos anti-masones que la contemplaban con simpatía y afecto. Sin embargo, cuando Lucindia volvió a casarse el 23 de noviembre de 1830, lo hizo con un masón llamado George W. Harris. Acto seguido, se convirtió al mormonismo y se trasladó a Nauvoo, Illinois. Ni de lejos iba a ser la única vinculación entre la masonería y el mormonismo. De hecho, el 6 de abril de 1840, fue fundada la Gran Logia de Illinois por el general, juez y patriarca mormón, James Adams. La nueva Gran Logia de manera inmediata se entregó a establecer estrechos vínculos con la secta fundada por Smith. Al cabo de poco tiempo, Nauvoo contaba con tres logias y Iowa con dos, las cinco eran denominadas las "logias mormonas" y contaban con unos 1550 hermanos. El mismo Joseph Smith Jr., profeta de Dios según su testimonio, fue iniciado como aprendiz masón el martes, 15 de marzo de 1842. El episodio aparece documentado en las minutas de la logia de Nauvoo correspondientes a esa fecha donde se habla de cómo Smith Jr. y Sydney Rigdon "fueron debidamente iniciados como aprendices masones durante el día". Se trataba tan sólo del principio. Los cinco primeros presidentes de la secta - Joseph Smith, Brigham Young, John Taylor, Wilford Woodruff y Lorenzo Snow - fueron todos iniciados en la masonería en la misma logia de Nauvoo. De hecho, prácticamente todos los miembros de la jerarquía o eran ya masones o fueron iniciados en la masonería una vez que Joseph Smith fue ascendido al grado de maestro masón. A decir verdad, es posible que la logia mormona de Nauvoo haya sido la que ha contado con más personas celebres entre sus miembros con la excepción de la ya citada Logia de las Nueve hermanas. Una vez que la masonería fue introducida en Nauvoo, la logia celebró sus reuniones en la habitación superior del almacén de Joseph Smith hasta que se construyera el edificio especialmente dedicado a las tenidas. Éste fue dedicado por Hyrum Smith el 5 de abril de 1844.

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