El ladrón arrepentido, ¿fue al paraíso después de morir en la cruz?
¿por qué Jesús le prometió al ladrón que estaría con él ese día en el paraíso,
según Lucas 23: 43?
El ladrón arrepentido le dijo a Jesús: "Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino". Entonces Jesús le dijo:
"De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso"
(Lucas. 23:42,43).
Jesús fue sepultado el viernes antes de la puesta del sol, pasó el sábado en la nimba y el primer día de la semana resucitó (Lúe. 23:54-56; 24:1); al encontrarse con María, el domingo temprano, Jesús le dijo: "No me toques, porque aún no he subido a mi Padre: mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre..." (Juan 20:17). Siendo que Jesús no había subido al paraíso hasta ese domingo de mañana, ¿sería que engañó al ladrón con una promesa que no cumplió?
Esta aparente contradicción la creó una equivocada tradición sustentada por algunos traductores bíblicos que creían que al morir el hombre se iba al paraíso. Y facilitó este error, el hecho de que en los antiguos originales griegos del Nuevo Testamento no se usaban signos de puntuación, ni se separaban las palabras entre sí. La coma que hace falta en la respuesta de Jesús, recién fue inventada por un impresor de Venecia en el año 1490.
Además, en Lucas 23: 43 no se encuentra en el original la palabra "que" incluida en varias versiones, diciendo: "De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso". ¿Es necesaria esa palabra?".
En primer lugar notemos que el pedido del ladrón fue: "Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino". Este ruego está en con­cordancia con la enseñanza de Jesús quien dijo que iba a preparar un lugar para sus hijos (no estaba preparado), y que iba a venir

"otra vez" para buscar a los suyos (Juan 14:1-3). Había enseñado que vendría "en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras" (Mat. 16: 27). Los apóstoles sostuvieron la misma enseñanza, indicando que la salvación y reunión con Dios sería en ocasión de la venida de Jesús. El apóstol Pablo explica que los vivos "no precederemos a los que durmieron...", sino que seremos "arrebatados juntamente con ellos", es decir con los que serán resucitados (1 Tes. 4:15-17).
Tan fundamental es la doctrina de la resurrección en el plan de salvación que se dice que si los muertos no resucitan.es vana nuestra fe, y los que durmieron en Cristo están perdidos (véase 1 Cor. 15:13-19).
Teniendo presente esta enseñanza de Jesús y sus apóstoles, comprendemos por qué el ladrón pidió a Jesús que se acuerde de 61 "cuando vengas en tu reino", o sea en su segunda venida, cuando los que duermen y los que estarán vivos, "juntamente" serán redimidos por el Señor siendo transformados de mortales en inmortales (1 Cor. 15:51-55). Por lo tanto, teniendo en cuenta esta doctrina sustentada por Cristo y la iglesia cristiana primitiva, en ninguna manera pudo Jesús haberle prometido al ladrón algo contrario a su propia enseñanza. Y tampoco pudo haberle dicho que ese viernes estaría con El en el paraíso, siendo que El no fue, como se lo explicó a María el domingo de mañana.
Por lo tanto, volviendo al texto, saquemos la palabra que, que no está en el original, y pongamos la coma donde corresponde, y todo quedará aclarado: "De cierto te digo hoy [este viernes], estarás conmigo en el paraíso". ¿Cuándo? Cuando venga en mi reino. En efecto el ladrón será uno de los que oirán la voz del Señor y despertará para vida eterna.
De ese modo queda todo explicado: Jesús no mintió al ladrón, ni le prometió algo que estaba en total desacuerdo con su enseñan­za. El día de la venida del Señor será el día cuando "el postrer enemigo" del hombre, la muerte, sea vencido (1 Cor. 15: 26).

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