El culto al dios sol y el domingo II




Teniendo en cuenta las notas a pié de página que hemos desarrollado, probando las aseveraciones que preceden, podemos concluir afirmando que el Imperio Romano ha experimentado, a través de la sociedad, la influencia de los cultos orientales, especialmente del Mitraísmo. Dentro de ella, lo más representativo del Gobierno, adopta la teología Solar, aprovechándose de esta coyuntura socio - religiosa, proyectando una estructura política unitaria y absolutista, ordenada de acuerdo a la Religión Astral. Las implicaciones en la antropología individual y en el comportamiento social y religioso de este tipo de práctica, se trasluce en las creencias religiosas de los ciudadanos y paralelamente en la Iglesia de Roma, que como veremos seguidamente, se ve, en un proceso histórico influida por lo fundamental del Mitraísmo, culminando en la época Constantiniana, en la que en virtud del Emperador, adorador del Sol y dependiente de esa teología Solar, hace surgir una Iglesia Imperial, en la que, como veremos las transformaciones que se han operado, son evidentes.

Veamos todo esto más de cerca, especialmente lo relativo al comportamiento de Constantino y a esa Iglesia de Roma que confluyendo ambos en esa etapa histórica, se visualiza el resultado evolutivo de toda una serie de actitudes y de manera de pensar.

Antecedentes relativos al Día del Sol o Domingo o Primer día de la Semana y la corriente antijudía
De nuestro estudio precedente se deja constancia de que Roma ha sido influida por el culto solar en honor a Mitra, aceptando los valores religiosos que le interesan para una aplicación política, incluido el día de fiesta característico: el día del Sol, el Domingo, el día del Señor Mitra, que representa la unidad del que preside en los astros.

Por las citas de Justino (alrededor del año 140 d.J.) y Tertuliano (alrededor del 190 d.J.), que entran dentro de una serie de documentos sobre el particular, sabemos que el día del Sol o Domingo, era el día festivo de los romanos y anterior a la adopción que la Iglesia de Roma toma de ese mismo día, y que en la época tanto de Justino como de Tertuliano, se ha adoptado por dicha Iglesia de Roma. Lo que demuestra por la identidad con el día del Sol con que uno y otro denomina al día de fiesta cristiano, que ha sido influida también por el Culto Solar 21.

La corriente gnóstica de ciertos padres de la Iglesia representativos y la llamada gnosis cristiana con su interpretación espiritualista, sincretista y opuesta al Sábado: la línea antijudía de la gnosis cristiana y de los llamados Padres de la Iglesia paralela a la del Imperio Romano

La Iglesia de Roma, ha experimentado cambios desde después de la muerte de los apostoles (cf. Hech. 20:27-30; 28 Tes. 2:3-7), tanto en el plano doctrinal como en el estructural y organizativo 22. En efecto, diversos autores han constatado que si bien ciertos escritores cristianos antiguos, representativos de una cierta línea oficial eclesiástica, se oponen a ciertas formas cristiano-gnósticas, refutándolas en parte, se ven influidos por lo que combaten 23, hasta el punto que se adoptan ideologías gnósticas y costumbres que responden a idearios ajenos a la Palabra de Dios, o bien se acepta desde el primer momento la gnosis como elemento de comprensión del cristianismo 24. El Gnosticismo es un vehículo del antijudaismo 25, y así vemos como el sábado es considerado un símbolo y en cuanto a su forma externa y literal habría sido abolido 26. Es interesante observar como en esa línea evolutiva el gnosticismo de Marción 27 que rechaza el llamado Antiguo Testamento y la Ley de Dios, oponiendo continuamente el llamado Nuevo Testamento al Antiguo, aceptará el "día del Sol" o domingo que los gnósticos celebraban 28 en lugar del Sábado. Esto queda refrendado por cuanto Marción es influido, como ya sabemos por el gnosticismo, y éste influirá a su vez sobre el maniqueísmo que se desarrolla por Mani hacia el 215 al 275, y del que Agustín de Hipona, dirá que es "en el día del sol que tenéis el hábito de adorar" 29.

La oposición hecha a la institución sabática por el maniqueísmo y el influjo sobre este del gnosticismo ha sido ampliamente constatada 30. Independientemente de los casos extremos que surjan formando una gnosis todavía más alejada del verdadero núcleo cristiano, la Gnosis denominada cristiana tendrá las mismas celebraciones dominicales donde realizan la misa eucarística 31, lo que muestra la asunción del domingo eucarístico tal como la corriente cristiana llamada ortodoxa. Las diferencias entre una y otra es puramente administrativa. Y es que tanto una como otra, en un grado u otro, según los casos, habían recibido la influencia de las religiones de Oriente, de la filosofía griega platónica y de la teosofía, junto a un cristianismo que intentan hacerlo compatible 32.

Refiriéndose al culto solar y a sus consecuencias Francis Legge afirmará: «Los cristianos mismos no pudieron durante mucho tiempo resistir a esta invasión, y uno puede constatar el compromiso por el que la Iglesia católica en esta materia llegó a hacer coincidir el día del Señor con el día del sol, como también a la adopción por la Iglesia del 25 de diciembre, día del nacimiento del invencible dios sol, como el día del aniversario del nacimiento de Cristo. No es por azar que los emperadores que han reinado inmediatamente antes del establecimiento del cristianismo se hayan dado al culto del dios sol, la divinidad particularmente reverenciada por la familia a la que pertenecía Constantino» 33.

Agostinho de Almeida - Paiva dice:
«El primer día de la semana, el domingo, era, desde hacía tiempo consagrado al sol; esto es lo que afirman varios autores, el sol siendo dios, el Señor por excelencia, el domingo vino a ser llamado el día del Señor, tal como ocurrió más tarde en el cristianismo» 34

Esto se une al hecho del desmarque respecto a los judíos 35. Dada la corriente antijudía que en el propio Imperio se está ofreciendo, es imprescindible diferenciarse absolutamente de las raíces hebreas 36, a fin de que ciertas estrategias que el colectivo Católico en Roma va adquiriendo en cuanto a su concepción Monárquica absolutista, y su intento de unión con Roma Imperial 37 pueda darse. Sin olvidar el desgaste que las persecuciones proyectan sobre los cristianos.
Es decir, a tenor por la documentación ya indicada, se están dando tres acontecimientos en paralelo que de forma natural y en base a una intención, el domingo desbancará al Sábado en un proceso que empezará en la Iglesia en Roma y posteriormente, cuando las circunstancias sea oportunas se ampliará a todo el Imperio.

En efecto. Por un lado tenemos toda una serie de paganos que aceptan la iglesia, pero que ya vienen con su "día del Sol":
«Es interesante observar que Mitra era llamado dominus o Señor, y el domingo debió de ser llamado día del Señor, mucho antes de la era cristiana. El domingo, dedicado al sol, era sagrado desde hacía mucho tiempo para numerosas religiones paganas. Era en particular, el día santificado por los adoradores de Mitra, que sin duda lo designaban también con el nombre de día del Señor (...) los cristianos (...). Parece que fueron influenciados, en este ámbito como en tantos otros, por la costumbre pagana, y que el domingo fue adoptado porque los adoradores de Mitra y demás divinidades solares, consideraban que esa día era sagrado, y que era imposible suprimir aquella ancestral costumbre» 38.

«(...) el día del sol se convirtió de manera natural, en el día del Salvador entre los cristianos llegados del paganismo» 39. Esta forma natural de la que nos habla el autor precitado no se da sin más. Es necesario por un lado que el día del sol haya sido adoptado por el paganismo, y que la Iglesia Católica en Roma haya renegado del Sábado como fruto de toda una actitud antijudía que prepara el terreno para la acogida de esos paganos con su día del Sol 40. Alrededor del 130 d.J., se nos informa, por los documentos tanto de Bernabé en su epístola como posteriormente (a. 140 d.J.) por Justino en su Apología y su Diálogo contra Trifón, y después por otros como Teófilo de Antioquía (s. 11) 41 Ireneo (s. 11) 42 que culminan con Tertuliano (a. 190-200 d.J.) 43, Clemente (s. 111) 44, Orígenes (s. 111) 45 Cipriano 46 (s. 111) esa corriente antijudía y la aceptación del Domingo, denominado día del Sol, como la fiesta semanal de los cristianos de Roma. Esto llega a ser una realidad fruto de esa confluencia de paganismo entrante y de lo que peyorativamente se llama judaísmo saliente. Desde esa convergencia, la estrategia de unirse con el paganismo romano en el día del Sol, y en otros aspectos implicados en la teología Solar, cobra una dimensión que fructificará con Constantino. Independientemente de los documentos que en nota aparte hemos consignado, numerosos autores, varios ya citados, reconocen la desaparición de la influencia lógica de lo hebreo a fin de fijar "sus reuniones de oración en domingo, día que observaban los mitraístas" 47.

Antijudaísmo Romano y el abandono gradual del día dedicado a Saturno como preferencial con la aceptación del día del Sol, dada la aceptación de la teología solar mitraica.
En la época en la que se da una corriente antijudía por parte de los llamados Padres de la Iglesia (s. 11 d.J.), ha ocurrido un cúmulo de acontecimientos por parte del Judaísmo contra el invasor Romano. Desde la destrucción de Jerusalén en el año 70 junto a todas sus revueltas que culminarán en la época del emperador Adriano (a. 117 a 138) 48, los judíos han sido maltratados y perseguidos, y en el futuro, sus derechos a practicar su religión han: sido restringidos al mínimo 49. Desde Adriano se ha prohibido la circuncisión so, el sábado y el estudio de la Torá.
El problema que se suscita a comienzos del s. II, es, que el Cristianismo es confundido por Roma como grupo judío más. Nótese la cita de este historiador que explicando la situación creada por los judíos a partir de finales del siglo I con lo que se añade de comienzos del s. II nos invita a reflexionar sobre el estado de la cuestión judía - cristianismo:
«Otra causa contribuyó a la indiferencia, desprecio y repugnancia con que los romanos miraron, durante tanto tiempo al cristianismo. Esta causa fue la creencia general de que la nueva religión era simplemente una rama de la judía, y como los romanos confundían a los cristianos con el pueblo judío, que tan antipático se les había hecho, los trataron a todos de la misma manera. Así puede decirse que todas las atrocidades y persecuciones que Nerón, y después Domiciano (...) hicieron sufrir a los cristianos, no fueron cometidas contras éstos como tales, sino como odiados judíos» 51.

Si se observa, con Domiciano llegamos a finales del s. I., y el replanteamiento del colectivo católico romano, a la muerte de todos los apóstoles, respecto a la cuestión judía, hace vislumbrar una nueva etapa en la que la distinción con los judíos se impone. Pero téngase en cuenta además que desde el siglo 1, la teología solar ha hecho mella en los emperadores y en la sociedad romana. Esa teología solar, en su línea evolutiva histórica, les ha proporcionado a los romanos una ideología unitaria cuyo día del Sol a celebrar por todos es una realidad representativa de la unidad.

Téngase en cuenta por otra parte que los romanos desde muy antiguo celebraban como, día de fiesta el séptimo día o sábado en honor a Saturno 52, y que en un proceso que se extiende desde el s. 1, van desplazando ese día por el primer día de la semana o día del Sol que les proporciona la teología solar del Mitraísmo, de lo cual, tanto Justino como


Tertuliano en el s. 11 d.J. 53 dan cuenta de ello, cuando consideran que los romanos lo han adoptado en fechas anteriores al 138 d.J..
La pregunta que impone la cuestión judía, es: ¿Cómo distinguirse de los judíos a fin de que los Romanos no nos confundan, y podamos ejercer nuestra misión evangelizadora acorde a nuestro propósito? Siguiendo la misma conducta que el Imperio Romano representado en una de las cabezas de la Bestia Apocalíptica, cuya autoridad es dada por el Dragón (Ap. 13:1, 2). La distinción con los judíos no autoriza a hacerlo sacrificando las auténticas y perennes raíces hebreas sino aceptando la Palabra de Dios, y siendo fiel en todo a Jesucristo. En realidad comprobando el destino y resultado de las acciones llevadas a cabo en esas trágicas fechas se descubre que el objetivo evangelizador está mediatizado y asombrosamente cambiado, si se tiene en cuenta la exigencia de la fidelidad a Dios. Una evangelización que suponga desvalorizar la Palabra de Dios o transformarla en palabra de hombre, no es la auténtica evangelización. Y la naturaleza y estilo de la evangelización que el Catolicismo Romano apunta, es la de la unión con el Imperio Romano, y para ello es preciso llegar a coincidir con el en lo esencial, aunque para ello haya que sacrificar la verdad, premisas de vital importancia. Eso es lo que estamos comprobando, y lo que la historia nos demuestra.

Es sorprendente que la conducta del Imperio Romano desde el año 70 haya sido antisemita o antijudía, abandonando el día de la semana planetaria (el Sábado) que se dedica a Saturno 54, adoptando el primer día de la semana o día del Sol, y que lo más representativo del Catolicismo Romano propugne y proclame en sus escritos también, una actitud antijudía, abandonando el día séptimo de la semana Creativa, y adopte del mismo modo el primer día de la semana o día del Sol ¿Casualidad? ¿O evidencia de lo que realmente estaba sucediendo? Nuestro estudio nos está poniendo sobre las pistas de la mayor falsificación de la historia.

Después de este tránsito, el siglo IV, del que nos ocuparemos a continuación; será definitivo para la consagración del día del Solo primer día de la semana como día del Señor o domingo. En dicho siglo los protagonistas excepcionales: Eusebio de Cesarea como un falsificador sin igual, el obispo de Roma de turno, la propaganda de los obispos y escritores más representativos, los concilios y especialmente las leyes imperiales con el liderazgo e ideario Constantiniano impondrán por la fuerza que da el poder mundano y el propio engaño, el Domingo. A partir de ese momento se borrará casi todo vestigio del Sábado, que si bien se mantendrá en algunos lugares del Imperio hasta el siglo V, desaparecerá, a excepción de colectivos minoritarios y de ciertos personajes que harán honor a la fidelidad que debemos al Dios de la creación y de la Redención.


21 Hugo Rhaner (En Greek Myths and Christian Mystery, traducción de Brian Battershaw, London 1963, pp. 107, 108) dirá respecto a esto en relación al día festivo de los romanos del Imperio:
«Es un hecho establecido que los Romanos habían comenzado a contar el domingo y no el sábado (...) y esto ha llegado, no en virtud de una influencia cristiana, sino a causa de la difusión creciente del culto del sol en el imperio romano de la última época»

22 Ver Historia Universal de Walter Goetz. vol. II. pp. 563-570. La primera cita que menciona al primer día de la semana como "día del Señor" es un libro apócrifo el llamado Evangelio de Pedro, escrito hacia el año 150 d.l. (Ver Los Evangelios Apócrifos, BAC, Madrid 1963, p. 389).
Independientemente del poco valor que tiene esta cita por ser un evangelio Apócrifo, por las mismas fechas tenemos el documento que antes ya hemos citado El Evangelio de Tomás, que habla del Sábado como el día a celebrar; poseemos también del s. II d.J. la llamada Logia de Oxirhynchus (ver Los Evangelios Apócrifos, op. c., p.9), conteniendo una exhortación a observar el Sábado. Y en el libro apócrifo de Los Hechos de Juan (de la mitad del s. II), en el cp. VI, se dice que "... En el séptimo día era el Señorial". Es decir que hay para todos los gustos. Pero es evidente que el anacronismo que presenta ("El Evangelio de Pedro") denominando al día de la resurrección, que los evangelios canónicos lo presenta como siendo el primer día de la semana, no solamente evidencia el ser un escrito falso sino que además se muestra el intento, en una temprana fecha, de introducir el téonino Kuriaké que se aplicó posteriormente a ese primer día de la semana.

23 Ver a Vittorio Subilia, 11 problema del Cattolicessimo, Torino 1962, pp. 138, 139; Albert Dufourcq, Saint lrénée, coll. Lo pensée Chretien, 3' edición, pp. 182, 192-194; loseph Turmel (con el seudónimo de Louis Coulange, Lo Vierge Marie, Paris 1925, pp. 31, 32; Eugene de Faye, Origene, sa vie, son oeuvre, sa pensée, vol. ill, Paris 1928, pp. 160,207.

24 Como fruto de la helenización se introduce el Gnosticismo en el Cristianismo representado por los llamados "padres de la Iglesia" a partir del s. II y tomando cuerpo en el III. El sincretismo es evidente por lo que unos y otros adoptan. Nuestra idea, avalada por los historiadores que han estudiado en profundidad el tema, es que hay una corriente lenta en la que se opera la helenización, con el ideario gnóstico incluido, de modo progresivo, lo que correspondería al Catolicismo jerarquizado que le interesa controlar la "gnosis"; mientras que por otra parte hay un Gnosticismo que aceptando las ideas cristianas las heleniza mucho más rápidamente (sobre esto consultar a Elaine Pagels, Los Evangelios Gnósticos, Grijalbo, Barcelona 1996; y ver el artículo de Harnack en el Dictionnaire d'histoire et de géographie ecclesiastique, Letouzey et Ané, Paris 1987, fascículo 121, col. 266, 267).
Tanto los estudios de F. Blanchetiere (Revue d'Histoire et de Philosophie Religieuses, n° 53, 1973, pp. 365-397) como los Robert Grant (Lo gnose et les origines chretiennes, Paris 1964, p. 155), nos muestran como la parte más reeresentativa de los llamados "padres de la Iglesia" hacen uso profuso de las ideas gnósticas (ver también a Marcel Simon-Andre Benoit, El judaísmo y el cristianismo antiguo, ed. Labor, Barcelona 1972, pp. 206-216). Respecto a este último debe tenerse en cuenta a los autores que cita y especialmente los propios contenidos de los
padres de la Iglesia que han absorbido la filosofía platónica y la gnosis.

25 Ver Encyclopaedia Universalis, Gnostiques, Paris 1995, vol. 10, p. 538.

26 Ptolomeo, Carta a Flora 8, 9, traducción G. Quispel, Paris 1949, pp. 59, 61. .

27 Sobre este Gnosticismo puede verse a Reinhold Seeberg (Historia de las Doctrinas en la Iglesia Antigua, vol. 1, op. c., p. 111 Y ss.; también vol. 32 de La Enciclopedia de Espasa Calpe, p. 1352, 1353.
Marción llegará a Roma sobre el 140 d.J., y experimentará la influencia del gnóstico Cerdo (ver Historia de las Doctrinas en la Iglesia Antigua, vol. 1, p. 111.)

28 J.A.W. Neander, The General History ofthe Christian Religion and Curch, vol. 11, 1851, p. 194.
LA Gnosis no debe ser entendida como una religión o filosofía ajena al cristianismo que se está desarrollando. Se puede comprobar que hay una gnosis que se considera cristiana desde antes de mediados del s. 11 d.J., Y diversas iglesias gnósticas cristianas. Una prueba lo sería, por un lado ciertas argumentaciones de San Juan, y la gran cantidad de escritos apócrifos relativos a los evangelios ya los hechos de los apóstoles. En numerosos padres de la Iglesia aparecen conceptos gnósticos aun cuando parezca que ataquen a la Gnosis. La cuestión está en que el conflicto que se mantiene entre los que representan una postura llamada gnóstica y la ortodoxa, salió vencedora esta última (ver sobre esto a Elaine Pagels, Las Evangelios Gnósticos, Grijalvo Mondadori, Bercelona 1996).
Esta Gnosis cristiana experimentó una evolución, pero mucho más rápida que otras corrientes cristianas, dadas sus premisas. Y así vemos como en el Evangelio de Tomás (comienzos del s. II) se reconoce el sábado como el día de reposo a celebrar (86:18-20, versión bilingüe copto-castellana, ed. 7 Y2, Barcelona 1981, p. 35), sin embargo, fruto del desarrollo de su concepción dualista, en la que luz prima sobre todo, pronto "el primer día de la semana planetaria" consagrado al Sol, tuvo una preferencia sobre el Sábado.

29 San Agusín "Contra Fausto" (cp. 5).

30 Joseph Turmel (con el seudónimo de Louis Coulange), La Messe, Paris 1927, p. 26; Paul Alfaric (L' Evolution Intellectuelle de Saint Agustin, vol.I, Paris 1918, p. 188).

31 Ver sobre esto vol. 26 de la Enciclopedia de la Espasa Calpe, p. 394 Y Elaine Pagels, Los Evangelios Gn6sticos, op. c., p. 167. El mismo autor reconoce que lo que molesta a la Iglesia oficial de estas corrientes gnósticas, es su pretendida diferenciación de espirituales frente a la iglesia institucionalizada por la jerarquía episcopal. Si lo que define el ser Iglesia es la condición espiritual y la interpretación espiritualista que cada uno considera como válida, se destruye esa autoridad. En realidad la fuerza de los gnósticos está en saber que lo que se está defendiendo por parte de un cierto colectivo es la autoridad sin más.

32 J. Matter en Gnose prechretienne et biblique, Supplément au dictionnaire de la Bible, Letouzey et Ané, Paris 1938, vol.lII, col. 661.

33 En Forerunners and Rivals ofChristianity, Nueva York 1964, vol. 1, p. 349, nota 4.

34 O Mitraismo, Porto 1916, p. 3.

35 Sobre esto ver a Bacchiocchi, du Sabbat au dimanche, op c., pp. 177-194.

36 Ver nota 122 y 49, y el texto> motivo de las notas.

37 Este intento ya se manifiesta en el s. 11, en la época de los Antoninos (ver Historia Universal de Walter Goetz, vol. 11, pp. 566-570; también la carta ya mencionada de Justino).

38 A. Weigall, Survivances paiennes dans le monde chrétien, Paris 1934, pp. 126, 196, 197.

39 A. Loisy, Les Évangiles synoptiques, vol. 1, Paris 1907, p. 177.

40 Tanto Bemabé con su carta (alrededor del 135 d.l.) como lustino con su Apología y Diálogo con Trifón (alrededor del 135 al 140 d.l.) justifican el guardar el domingo como el octavo día desacreditando el Sábado (ver Epístola de Bemabé cp. 15:1-8 en Padres Apostólicos, edición de Daniel Ruiz Bueno de la BAC, Madrid 1965, i pp. 801, 802) Y (1" Apología de Justino 67:7; Diálogo con Trifon de Justino (24:1; 41:4; 138:1) en Padres Apologistas, edición de Daniel Ruiz Bueno de la BAC, Madrid 1954, pp. 340, 370, 541, 542). Paralelamente, no se olvide, se está dando una corriente antijudía en el Imperio Romano, las antipatías de los Aavios, las prohibiciones de Adriano respecto del sábado (ver nota 122 y 49 Y motivo de la notas); y una asunción de la teología solar con el día del Sol como festivo, y en el que acuden a criptas o capillas a celebrar los misterios de Mitra.

41 Nótese las intenciones que se le hacen tener a Dios, que El "llama al pueblo judío (...) y lo constriñe ... a creer en la resurrección del Señor, (...) a fin de que el pueblo pasase del sábado de la ley al primer día de la semana" (Comentario a los Evangelios, un comentario de Teófilo de Antioquía, que aunque perdido se han conservado algunos párrafos en latín por Jerónimo (en Carta a Algasia, cuestión 6, Migne, Patrología Griega, VI, col. 1605).

42 Aparentemente Ireneo no mantiene una actitud antijudaica claramente expuesta como otros autores que estamos citando. En su obra fundamental Adversus haereses (Contra las herejías) acepta la ley de Dios (IV,13: 2 ss. cf. IV, 13: 1), e incluso da una interpretación correcta cuando dice "todos los preceptos naturales nos afectan por igual a nosotros y a los judíos: en estos tuvieron comienzo y origen, mientras que en nosotros han llegado a su madurez y a su cumplimiento" (ver sobre Adversus haereses edición de José Vives, Los Padres de la Iglesia, ed. Herder, Barcelona 1982, pp. 146, 147, 185). Pero hace algunas interpretaciones puntuales como por ejemplo de que "en vez de pagar los diezmos tal como dice la ley, hay que dar todos nuestros bienes a los pobres" (en íd., p. 146) que muestra la línea interpretativa que dará al asunto del Sábado en Exposición de la predicación apostólica (cp. 96, recogido en Recherches de Science Religieuse, Paris 1916, pp. 426, 427), cuando dice que la ley "no tiene que mandar que descanse un día fijo a aquel que guarda cada día el sábado". Esto en cuanto a la ley, pero el evangelio, según lreneo, sí que debe poner un día fijo: el domingo (en Preguntas y respuestas a los ortodoxos del pseudo Justino, Migne (Patrología Griega, VII, col. 1234} ), convirtiendo al Sábado, incomprensiblemente, en algo puramente figurativo del reposo de Dios, señalando el reposo eterno (Adversus haereses, IV:16, de la edición francesa de Genoude, Les Peres de l'eglise, Paris 1835-1849, vol. ill, pp. 379, 380), por lo que ya no es preciso guardarlo. Colaborando de este modo a desprestigiar el Sábado contribuyendo a esa corriente antijudaica.

43 Hemos citado anteriormente (en nota 16) a Tertuliano en Ad Nationes 1, 13, donde defendiéndose de ciertas acusaciones de los romanos referente al día del Sol, Tertuliano les refiere que el día del Sol, lo tienen como festivo. No hay ninguna duda sobre esto, a tenor por todas las declaraciones y documentos que ya hemos expuesto. Sin embargo, los romanos, además del domingo o día del sol, también festejaban de modo alegre, el día de Satumo (El poeta Tibullus {año 54-19 a.J., dice que se aceptaba el día de Saturno como festivo{en Elegías, libro 1, parte 3, línea 18}). En realidad cada día de la semana planetaria estaba dedicada a un dios. Pero no olvidemos que el día del Sol tenía preferencia sobre todos, cuando a partir de comienzos del s. 11, el culto Solar con su día característico se ha ido imponiendo. La cita en cuestión introduce la idea del domingo que se guarda y celebra por los romanos de modo especial ( por lo tanto no deberían de ser criticados, según Tertuliano, de adoradores del Sol los cristianos porque celebren ese mismo día). Hay diferencias, según Tertuliano con la forma de guardar ese día del Sol, del mismo modo que lo hay en la manera que los romanos tienen de festejar el sábado a Saturno con el modo de festejarlo que tienen los judíos que celebra como sagrado el Sábado (correspondiente en la semana planetaria pagana a Satumo).
«¿No sois vosotros, al menos los que habéis dado a uno de los días de la semana el nombre del sol? Ese día os abstenéis completamente del baño, o bien lo retrasáis al anochecer, os entregáis al descanso y a los festines; todo ello lo realizáis apartándoos del espíritu de vuestro culto para acercaros al de las religiones extranjeras.
Por que los judíos celebran fiestas, sábados, banquetes (...) ofrecen oraciones expiatorias, aunque todo eso no
se parece en nada a lo de vuestros dioses. De modo que, para acabar esta observación ¿con qué derecho nos reprocháis el adorar al sol y haber escogido el día que le es consagrado? Os parecéis a nosotros en esto; reconocedlo: no estamos tan lejos de vuestro Saturno ni de vuestros sábados» (contenido en traducción de Genoude, op. c., pp. 493, 494).
La mención al final de esa cita cuando introduce a los judíos con su sábado, es, que ellos los romanos cuando hacen su fiesta en honor a Satumo, lo realizan muy distintamente a como lo hacen los judíos. De ese mismo modo cuando celebran el día del Sol también lo viven de distinta manera los cristianos respecto a lo romanos, aun cuando haya un cierto parecido por haber escogido el día que le es consagrado al Sol; y semejante a la manera alegre con que guardan el día de Satumo, que para los romanos es un día de ocio a diferencia del día judío. El día del Sol, es el día de reposo que celebran tanto romanos como ciertos cristianos en la Iglesia de Roma, y el modo alegre es semejante al festejo que realizan a Satumo los romanos.
Sobre el día del Sol, denominado así por Tertuliano para referirse al domingo, desvalorizando el sábado judío, puede verse Apología (Contra los gentiles, cp. XVI, traducción y preparación Pedro Manero, ed. Aguilar, Madrid 1962, pp. 245, 246).

44 Clemente de Alejandría en sus Stromateis no solamente se adhiere a una gnosis cristiana (VII, 10:55, 1; V, 4: 25, 1 ss.; 1, 1:13, 2; 1, 55; VI, 7:61) (ver edición de José Vives, op. c., pp. 207-220), sino que en su espiritualización radical destruye la posibilidad de que se descanse en "días fijos"; pero eso no le evita para expresar la idea de que "el sábado preparó al domingo, siendo dicho domingo el cumplimento del sábado, encontrando con el primer día de la semana una relación entre la creación de la luz del primer día con el día de la resurrección de Cristo, considerándola fuente de luz verdadera y de auténtica sabiduría".

45 Orígenes, otro representante de la llamada gnosis cristiana, y discípulo de Clemente, todavía extremará más su posición espiritualista, no aceptando ningún día específico a celebrar (Contra Celso, libro VIII, en edición de Daniel Ruiz Bueno, BAC, Madrid 1967).

46 Este autor considera el octavo día que se celebraba la circuncisión como una especie de símbolo y figura del primer día después del Sábado, es decir del domingo que sería también, de acuerdo a esa retorcida interpretación, "el octavo". En dicho octavo día, que sería el domingo, acontecería la circuncisión espiritual, gracias a la resurrección de Cristo, cesando el sábado judío, trayéndonos la realidad del día nuevo a celebrar: el domingo o primer día de la semana ¿Increíble esta interpretación? (verla en Epístola LXIV, 4, 3). Sobre las obras completas de Cipriano puede consultarse la edición preparada por Julio Campos, BAC, Madrid 1964). Cipriano contribuye sin duda a esa situación antijudía, anterior a Constantino, a fin de aceptar el Domingo en detrimento del Sábado.
No es de extrañar que en otro escrito atribuido a Victorino, obispo de Petavio (De fabrica mundi (De la Creación del mundo), nuestro autor nos hable del ayuno inventado en sábado a fin de diferenciarse del sábado judío que detesta.

47 A Houtin, Courte histoire du Christinaisme, Paris 1924, pp. 28, 29. Ver también sobre esto a Georges-Aimé Murray, Religion and Philosophy, Christianily in the Light of Modsem Knowledge, Nueva York 1929, pp. 73, 74.

48 Este antijudaísmo alimentado por la actitud judía frente a la política romana imperialista que tiene un primer punto culminante con la destrucción de Jerusalén en los años 65 al 75, se ve desarrollada con Adriano, Anteriormente a los judíos se les había permitido, junto a otras muchas religiones practicar la suya. Pero en la época de Adriano (117 a 138 d.J.) (noten las fechas y compárenlo con el primer anuncio documentado católico qué tenemos, el de Justino, dirigido al emperador Romano, y que habla de que ellos los cristianos guardan el día del Sol y no el de Satumo como los judíos{alrededor del 138-140}), se da una prohibición, bajo pena de muerte, para todo el imperio, de practicar la circuncisión, la observancia del Sábado y el estudio de la Torá (ver S. Baron, Histoire d'lsrael, vie sociale et religieuse, Paris 1957, vol. ll, p. 733).
Puede consultarse sobre el antijudaismo propiciado tanto por Roma como por los escritores tempranos de la 1glesia, a Hans Küng, El Judaísmo, ed. Trotta, Madrid 1993, pp.148-156.

49 Desde la época de los F1avios (durante el emperador Domiciano {81-96}, Trajano {98-117}, Adriano {117- 138}), Y Antoninos (138 en adelante), y con Séptimo Severo (193-235), los judíos, además de ser diezmados, son perseguidos impidiendo su crecimiento (ver sobre esto Gran Historia Universal, vol. IV, edic. Najera, Madrid 1988, pp, 267, 272, 292; Martin Noth, Historia de Israel, edic. Garriga, Barcelona 1966, pp. 395-400).

50 Con Antonino Pío se da autorización a que los judíos puedan circuncidarse (Martin Noth, Historia de Israel, p. 396), lo que muestra la severidad anterior, y lo que todavía queda prohibido, que desde Adriano ha orientado la política religiosa con los judíos.

51 Historia universal de G. Oncken, vol. 9, op. c., p. 281.

52 Tibullus (poeta latino del 54-19 a.J.), en Elegías, libro 1, parte 3 línea 18 (citado por Daniel Harnmerly Dupuy, en El Nuevo Calendario, Buenos Aires 1937, p. 60.

53 Ver nota 16 y 43.

54 Ponemos el asunto del día del Sábado dedicado a Saturno porque en relación con la cuestión judíd'cristianismo se da una identidad que explica el comportamiento de unos y de otros. No queremos indicar que la forma de guardar el Sábado por los Romanos y que de acuerdo a la semana planetaria se hacia en base al dios Saturno, sea la misma que la del Sábado instituido por el Dios verdadero en honor a la Creación y posteriormente de la Redención.

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