“El Nuevo Papa, ¿Será el Último?”

El reloj de la muerte se ha cernido en ocasiones sobre el Papa Juan Pablo II, pero la recién anunciada muerte, días después de su hospitalización y cirugía ha enlutado al mundo católico en gran manera.

El rápido deterioro de la salud así como la muerte están planteando preguntas inevitables, no sólo sobre su sucesor inmediato, sino también sobre la pregunta más amplia del futuro del papado.

Algunas de las preguntas discutidas por los observadores Vaticanos son: ¿Continuará ejerciendo el nuevo papa la influencia mundial tan sólida en la Iglesia y en el mundo?

¿Podrán los cardenales italianos recuperar el Papado o se escogerá al nuevo Papa entre los cardenales del tercer mundo?

¿Qué cualidades se esperan que tenga el nuevo Papa para conocer los nuevos desafíos que enfrenta la Iglesia católica del siglo XXI?

¿Será el nuevo papa el último según las profecías papales de Malaquías, un santo irlandés del siglo XII?

¿Cuál es la naturaleza del poder presente y futuro del papado?

¿Qué método está usando hoy el papa para llegar a ser el líder de un nuevo orden mundial?

Estas preguntas tienen más que el simple interés de paso en los observadores del sábado que esperan el retorno de Cristo en gloria, porque creen que el papado jugará un papel profético mayor en la confrontación descrita en Apocalipsis 13 a través de la imagen de la bestia. La profecía prevé una bestia que recibe una herida mortal al principio: “Pero su herida mortal fue sanada, y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia (Apoc.13:3).

Objetivos de este estudio

En este estudio echamos una mirada fresca a la herida sanada, y que aumenta la influencia mundial del papado a la luz de la reciente historia y las perspectivas futuras del papado. La pregunta que me hago es: ¿Cómo la presente manifestación del poder del papado ataque nuestra interpretación profética del resurgimiento del poder del papado en el tiempo del fin?

Lo que está presentándose aquí representa, no una palabra final, sino reflexiones provisionales iniciales que están diseñadas para estimular un estudio extenso de nuestro entendimiento profético sobre el papel del papado en el tiempo del fin. Nuestro enfoque profético del tiempo del fin sobre el papado fue largamente desarrollado por nuestros pioneros hace un siglo, pero desde entonces han ocurrido los cambios significativos en la estrategia usada por el papado para convertirse en el poder político religioso más influyente en el mundo de hoy. A la luz de estos cambios, es indispensable para nosotros reexaminar nuestro argumento profético y hacer las mejoras consideradas necesarias.

Este estudio está dividido en tres partes. La primera parte mira la elección de un nuevo papa, considerando las cualidades especiales que el colegio de cardenales tomará en cuenta y sugerir cuatro potenciales candidatos.

La segunda parte mira las sorprendentes profecías papales de Malaquías, un santo católico irlandés del siglo XII. Bajo los títulos simbólicos, Malaquías hace una relación de la sucesión apropiada de 111 papas, empezando con el Papa Celestino II en el año 1143, hasta “el fin del mundo.” En vista de la discusión considerable de estas profecías, incluso en el Osservatore Romano (el periódico Vaticano) y The Times de Londres, me siento justificado en hacer unas observaciones dignas de confianza y de relevancia para hoy.

La última parte de este tema tratará cómo el Papa ejerce su poder hoy. Nosotros veremos que la herida infligida al papado primero por Napoleón en el año 1798, cuando su General Berthier tomó prisionero al Papa Pío VI desterrándolo a Francia, y después en el año 1870, cuando los nacionalistas italianos tomaron todos los Estados Papales de Italia central, lo cual el papado ha estado sanando su herida de manera inesperada. El papado ha encontrado nuevas maneras de lograr la efectividad política sin los instrumentos normales del poder político a su disposición. Este nuevo argumento llama, como veremos, a una reevaluación de la profecía sobre el papado en el tiempo del fin.



UNA MIRADA A LA ELECCIÓN DEL NUEVO PAPA



Al acercarse la elección de un nuevo papa, los miembros del colegio de cardenales, que es el cuerpo electoral de la iglesia católica comenzará con una visión ideal de un hombre capaz, no sólo para construir el fundamento puesto por Juan Pablo II, sino también para dirigir la tarea inconclusa de su pontificado.

El Legado del Papa Juan Pablo II

El nuevo papa enfrentará la tarea formidable de construir sobre los logros políticos, sociales, eclesiásticos, y ecuménicos del Papa Juan Pablo II.

Políticamente , Juan Pablo II jugó un papel mayor en el colapso del Comunismo soviético, en la caída del muro de Berlín y en la reunificación de Europa Oriental y Occidental.

Eclesiásticamente, Juan Pablo II trabajó incansablemente para restaurar la unidad e identidad en la Iglesia católica. Para lograr esta meta usó una estrategia doble. Primero, tuvo que hacer el esfuerzo para ganar la confianza de los católicos hacia él, utilizando eficazmente todos los medios modernos de comunicación. Segundo, vender con santa convicción a los católicos su impopular oposición al divorcio y al re-casamiento, al control de la natalidad, al sexo extramarital, a la homosexualidad, al aborto, al celibato optativo y a la ordenación de mujeres como sacerdotes.

Ecuménicamente , Juan Pablo II ha creado su papel como el líder moral y espiritual de la humanidad. Para lograr esta meta ha viajado más que todos los papas anteriores de la historia juntos, a fin de promover el entendimiento ecuménico y la cooperación entre las personas de todas las religiones bajo el liderazgo moral y espiritual del papado. Para ganar la aceptación global, Juan Pablo estuvo dispuesto a pedir perdón por los pecados pasados cometidos por la Iglesia católica contra el Islam, los protestantes, los judíos, y los griegos Ortodoxos.

Los Desafíos del Nuevo Papa

Se espera que el nuevo papa continúe empujando en la dirección política y religiosa de papado, mientras que al mismo tiempo trate con “la tarea inconclusa” de su predecesor. Los observadores del Vaticano hablan de algunos desafíos mayores que el nuevo papa debe dirigir: la administración interna de la iglesia que requiere el mayor poder compartido, los problemas internos del disentimiento doctrinal y la inmoralidad sexual; la secularización creciente que está causando una caída alarmante en la feligresía católica en los Países Occidentales; el ecumenismo y el diálogo inter-religioso de la Iglesia católica y otras religiones, sobre todo el Islam; la biotecnología y el aborto; la globalización y la justicia económica; y un papel mayor de los laicos en la iglesia, sobre todo en las mujeres.

Para dirigir estos problemas el nuevo papa tendrá que construir sobre los logros del papa que él suceda, mientras que al mismo tiempo pone el sello de su propia personalidad ocupándose de cada desafío. De muchas maneras ésta ha sido la historia del papado del siglo XX. Ha habido siempre un elemento de continuidad y discontinuidad en la elección de cada nuevo papa. Por ejemplo, Juan Pablo I al tomar su nombre papal, tuvo la intención de mostrar la solidaridad con sus dos predecesores más cercanos, Juan XXIII y Paulo VI. De la misma manera, llamándose Juan Pablo II, el Pontífice expresó sus intenciones de continuar en la dirección de sus dos predecesores. Todavía, de muchas maneras Juan Pablo II partió de sus predecesores, sobre todo de la manera que él usó su persuasión moral para lograr la efectividad política. Este punto se extenderá en la tercera parte.

El hecho de que Juan Pablo II haya nombrado a todos menos cinco de los 117 cardenales que elegirán a sus sucesores, no garantiza que el nuevo papa será una copia al carbón del actual. Esto está lejos históricamente. El Papa Pío XII nombró a todos menos dos de los 51 cardenales que eligieron a su sucesor. Aún el siguiente papa que ellos eligieron, Juan XXIII, era notablemente diferente de Pío XII.

Lo más probable es que este argumento se repetirá en la elección del nuevo papa. El colegio de cardenales empezará con una visión ideal de la clase que el papa necesita para guiar a la iglesia en el siglo XXI—, capaz de construir sobre el fundamento puesto por Juan Pablo II, mientras que al mismo tiempo contribuya en las maneras creativas de terminar la tarea inconclusa del papa recién fallecido. Su visión se construirá en base a cinco criterios mayores.



Los Criterios Para Elegir al Nuevo Papa



La edad . Un factor importante en la elección de un nuevo papa es su edad, porque los papas sirven hasta que mueren. El largo pontificado de 26 años y 5 meses de Juan Pablo II, puede convencer a los cardenales a buscar a un candidato más viejo en edad. Un pontificado largo puede ser una perdición o una bendición para la Iglesia católica, dependiendo grandemente de la salud y la agenda del papa.

El señor Juan Allen Jr. corresponsal del Vaticano para el Nacional Catholic Reporter reporta: “Es probable que los cardenales optarán para un hombre más viejo, considerando que el papa sirve hasta que muera, y el papa Juan Pablo II tenía sólo 58 años cuando fue electo en 1978. Una vida más corta de vuelo es algo que probablemente favorecerá.”

Un papa conservador, fuerte, que resista cualquier cambio en la administración y vida de la iglesia, puede ser visto por los liberales como una piedra de tropiezo para el progreso de la iglesia católica. La paradoja es que un papa más viejo no puede proporcionar la clase de dirección enérgica que se necesita en ese momento para pulir la imagen del papado que ha sido empañada por el prolongado deterioro de la salud de Juan Pablo II. Nosotros podemos asumir que la mayoría de los cardenales elegirán un papa probablemente entre 65 a 75 años de edad.

La nacionalidad . Lo demográfico será una consideración importante en el proceso de la selección papal, porque desde la última elección papal hace 26 años, la distribución de la feligresía católica ha cambiado. En 1955 había 16 millones de católicos en Africa; hoy hay 120 millones. El 46% de los católicos del mundo está en América Latina. Lo más probable es que los Cardenales considerarán al votar: ¿Nosotros escogeremos uno del Tercero mundo que refleje lo demográfico de la iglesia o un europeo que lleve a tierra a la Iglesia católica desmenuzada en los países europeos Occidentales?

Una cosa que parece ser cierto, y es que el próximo papa no será de los Estados Unidos. “El vaticano premia demasiado su neutralidad para elegir a un papa de una superpotencia,” dice a Sr. Allen. Los cardenales también pueden temer que un papa norteamericano podría percibirse como un títere de los Estados Unidos. De este modo haciendo a la Iglesia católica un blanco del terrorismo , creando un nuevo desafío a la seguridad del Vaticano. El escándalo sexual de sacerdotes católicos que se considera como un problema norteamericano debilitará más allá la candidatura de los Cardenales norteamericanos.



¿Un Papa italiano?



Algunos observadores del Vaticanos mantienen que la opción mayor que enfrentarán los cardenales en el próximo cónclave será si elegirán a un papa italiano o a un papa latinoamericano. Las razones dadas para elegir a un Papa italiano son históricas y prácticas. Históricamente el papado aumentó la influencia del Obispo de Roma que fue elegido por los obispos locales durante el primer milenio. Incluso durante el segundo milenio, con las muy pocas excepciones, el Papa siempre ha sido un italiano. El Papa Juan Pablo II es una de las excepciones más notables.

Algunos creen que para ser un verdadero “romano” como las raíces del papado, el papa debe ser italiano, porque los Cardenales italianos entienden mejor al “romano” como la naturaleza del papado.

Juan Allen nota “Los italianos se creen tener un genio natural para poner en marcha la iglesia. (‘no se llama iglesia católica romana por así, ' como más de un el cardenal ha observado ' tristemente).” El problema es que los 23 cardenales electorales italianos representan sólo el 17% del cuerpo electoral. Aún tomando juntos todos los cardenales europeos, incluso los italianos, ellos todavía responden a sólo la mitad de los votantes.

Si los cardenales italianos tienen éxito reuniendo el apoyo por un papa italiano, el más probable candidato es el cardenal Dionigi Tettamanzi , arzobispo de Milán. Él encabezó la arquidiócesis de Génova, antes de ser promovido a Milán en el 2002. Esta nueva asignación lo llevó a la arquidiócesis más poderosa en el mundo antes de la próxima elección papal.

Su registro indica que él es muy conservador en asuntos de doctrinas, pero liberal en los problemas sociales. Por ejemplo, en una carta pastoral, donde enfatiza Tettamanzi la condenación de la Iglesia católica a los actos homosexuales comparándolos con la promiscuidad heterosexual fuera de matrimonio. Afilando hacia la homosexualidad, Tettamanzi está tranquilizando a los electores cardenales liberales de que él no es demasiado conservador.

¿Un tercer Papa Mundial?



Mientras unos cardenales pueden cabildear para un candidato italiano, los cardenales de los países en vías de desarrollo pueden desear votar juntos por un candidato del Tercer Mundo por lo menos por tres razones.

Primero, la Iglesia católica está creciendo más en los países en vías de desarrollo del hemisferio sur, principalmente Africa y América Latina.

Segundo, en estos países en vías de desarrollo la Iglesia católica está enfrentando una seria competencia. En América Latina la competencia viene principalmente de las iglesias Evangélicas, mientras que en Africa y Asia viene del Islam.

Y tercero, así como la elección de un papa detrás de la cortina de hierro jugó un mayor papel en la curación de la fisura Este-Oeste que existió en 1978, un papa del Tercer Mundo podría ayudar a dirigir hoy la vertiente socio-económica entre Norte-Sur. Tal papa podría desafiar dramáticamente las injusticias sociales de la globalización.

“Hay un sentimiento de un giro en América Latina,” dice Tom Reese, editor de la revista Jesuita América. La razón no sólo es que hay más católicos allí que en cualquier otro continente, sino también porque los Pentecostales y otras iglesias evangélicas están convirtiendo a los católicos por miles, causando un éxodo masivo de la Iglesia católica.

Los cardenales del Tercer Mundo representa aproximadamente el 38 por ciento de los electores, con el bloque más grande que viene de América del Sur donde vive casi la mitad de los católicos del mundo. Si ellos escogen votar juntos, podrían jugar un papel decisivo en escoger al próximo papa. Este argumento excluye la posibilidad de elegir a un Papa de América del Norte, o de Europa del Norte.

Los problemas en los países del Tercer Mundo no son tanto doctrinal o de moralidad sexual frecuentemente debatidos en los países occidentales donde la justicia social y los derechos humanos son grandemente violados en los países en vías de desarrollo. Un Papa del Tercer Mundo podría servir como un símbolo poderoso de solidaridad y apoyo para las víctimas de la globalización.

Los Tres Candidatos Papales Mundiales



Entre los cardenales del Tercer Mundo, se mencionan frecuentemente tres como papabili, es decir, como candidatos para ser el próximo papa. Nosotros mencionaremos sus características brevemente.

El cardenal de Brasil Claudio Hummes . Hummes de 69 años de edad, de Sao Paulo, es un candidato fuerte latinoamericano . Con 69 años él no está ni viejo ni demasiado joven para ser papa. Viene del Tercer Mundo donde depende el futuro del catolicismo. Él es un pastor en lugar de una persona interna del Vaticano. Esto significa que sus cardenales compañeros pueden confiar en él de cómo tratar con problemas en el mundo actual. Es conservador en la doctrina pero sumamente fuerte en los problemas de justicia social.

Es un miembro de la orden franciscana y en una tradición franciscana típica, él se ha consagrado para defender el derecho de los pobres y los desposeídos. Apoya el Movimento dos Sem Terra (El Movimiento de los sin tierra), arguyendo de que las personas tienen el derecho para organizarse y defender sus derechos.

Bajo el pontificado de Juan Pablo II, Hummes ha adoptado una posición teológica más tradicional y se ha distanciado de la acción política. Cuando un sacerdote brasileño justificó el uso de condones para luchar contra el Sida, Hummes lo amenazó con la acción disciplinaria.

Una señal importante de favor del Vaticano es la invitación extendida a él para predicar del 17 al 23 de febrero en el Retiro Cuaresmal del 2002 para los miembros inmediatos de la Curia papal. Es notable que Karol Wojtyla, como arzobispo de Cracovia, dio el Retiro Cuaresmal para Paulo VI en 1976, y dos años después él se convirtió en Juan Pablo II. ¿Podría pasar lo mismo con el cardenal Hummes? Debemos esperar y ver.

Hummes podría percibirse bien por los electores como el hombre con la mezcla correcta de cautela doctrinal y compromiso social.

El Cardenal Jorge Mario Bergoglio de Argentina . Bergoglio tiene 66 años y pertenece a la orden Jesuita. Él es un intelectual de habla suave y un pensador teológico y filosófico respetado. Ha servido como Jesuita provinciano para Argentina y como el Gran Canciller de la Universidad Católica de Argentina.

Si Bergoglio fuera elegido Papa, su simplicidad y humildad impresionarían al mundo. Por ejemplo, en Argentina las personas admiran el hecho de que toma el transporte público, en lugar de una limosina con chofer.

Lo que milita contra su elección, es el hecho que es un Jesuita. La idea de un papa Jesuita no es prontamente aceptable porque se supone que los jesuitas no reciben los honores eclesiásticos. Es más, tienen una historia molesta de insubordinación a la autoridad papal.

El cardenal Rodríguez Maradiaga, de Honduras, tiene 60 años de edad y es arzobispo de Tegucigalpa, Honduras. Él se ve ampliamente como una estrella creciente en la iglesia católica latina. Hasta 1999 sirvió como presidente de la Federación de la Conferencia de Obispos Latinoamericanos.. Él habla español, italiano, e inglés fluidamente, y con menos fluidez francés, portugués, alemán, latin, y griego.

David Gibson, el autor de The Coming Catholic Church ofrece esta descripción de las cualidades de Rodríguez:“Un políglota, que conoce a todos en los medios latinoamericanos de comunicación y en la Universidad representaría una importancia poderosa en nombre del latinoamericano herido por grandes pobrezas en la iglesia así como el resto del mundo en vía de desarrollo.

Maradiaga es apasionado sobre los problemas de justicia social. Con un grupo pequeño de líderes católicos, él se encontró con el canciller alemán Gerhard Schröeder en Colonia para entregarle personalmente la petición de alivio de la deuda. Él dijo: “El capitalismo neoliberal lleva a la desigualdad en su código genético.”

Tiene una reputación por estar extraordinariamente abierto a las preguntas ecuménicas, al diálogo de entre los credos. Su sonrisa cálida y un sentido rápido de humor, podría hacerle un candidato atractivo al Colegio de Cardenales.

No hay garantía de que el próximo papa será escogido entre los cuatro cardenales antes mencionados. Sólo podemos asumir que estos cuatro potenciales papas(papabili) serán considerados en serio para el trabajo más influyente en el mundo.

Las cualidades de un Candidato Papal.



Al buscar un candidato papal, el Colegio de Cardenales se enfocará en un candidato que tenga una visión clara de los desafíos interiores y exteriores que enfrentan la Iglesia católica.

En los problemas doctrinales, debe ser conservador, determinado en levantar las dogmas católicos históricos, pero en los problemas sociales debe ser progresivo, comprometido en promover la justicia social alrededor del mundo. En otros términos, debe ser capaz de dirigir los problemas sociales, doctrinales, y éticos interiores que la iglesia católica enfrenta hoy, mientras que al mismo tiempo pueda empujar la autoridad papal en el mundo religioso de hoy.

Debe ser de mente amplia, apto para apelar a través de las líneas partidarias de la jerarquía católica. Debe hablar varios idiomas y un puño de las tendencias culturales y políticas para nuestros tiempos. Debe ser un líder firme y duro, con respeto imponente para su posición en las enseñanzas morales y doctrinales impopulares, mientras que al mismo tiempo exude una personalidad compasiva.

Por supuesto, el problema es que no hay un candidato que posea todas esta cualidades. Esto significa que el Colegio de Cardenales tendrá que escoger al candidato que ofrece la mayoría de las cualidades ideales.

EL PROXIMO PAPA, ¿ SERÄ EL ULTIMO?

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