Los Animales - Parte 9



Tanto CULEBRA como *SERPIENTE, VÍBORA, y REPTIL se usan en las vss. modernas en castellano. Aun cuando la palabra “serpiente” ha ido cayendo en el desuso, la mayoría de las vss. modernas la retienen, incluso en pasajes literales.

Tres palabras heb. se trad. serpiente, de las cuales nahas aparece con más frecuencia y es un término general, que probablemente incluye otros reptiles que se arrastran también. La palabra heb. que se trad. “adivinación”, etc., viene de la misma raíz: predecir observando las serpientes. La primera mención de naµhaµsû aparece en Gn. 3.1, con la caída del hombre. saraf es una raíz común generalmente trad. ardiente o llameante; en Nm. 21.6 aparece como calificativo de nahas y se trad. “serpiente ardiente”, pero aparece sola en los vv. 8–9, donde se refiere a la serpiente de bronce que hizo Moisés. Se trad. “serpiente voladora”, o “que vuela”, en Is. 14.29; 30.6. tanním, generalmente trad. “dragón” (véase °vm mg), se trad. serpiente únicamente en el incidente de la vara de Aarón (Ex. 7.9ss; °vrv2, “culebra”).

El gr. ofis, específico para víbora, se encuentra catorce veces en una variedad de contextos en el NT (trad. invariablemente “serpiente” en °vrv2), incluyendo la referencia a la serpiente en el desierto (Jn. 3.14) y la serpiente de Gn. 3 (Ap. 12.9).

Las víboras abundan en todas partes, desde el desierto hasta las zonas boscosas más cerradas y los pantanos, con una gran variedad de especies, algunas de menos de 30 cm., mientras que otras pueden llegar hasta los 2 m. La mayoría son inofensivas; alrededor de seis especies son potencialmente letales, pero sólo un pequeño porcentaje de mordeduras resultan fatales si no se las trata a tiempo. Todas se alimentan de animales, desde insectos a mamíferos, que tragan enteros sin masticarlos. Pueden pasar largos períodos, a veces más de un año, sin alimento, pero necesitan agua con mayor frecuencia.

Las víboras producen terror hoy en día y son con frecuencia objeto de fobias. Posiblemente siempre haya sido así. No se puede esperar que sean claramente reconocibles en la Biblia, o que se puedan describir sus hábitos, pero los contextos y las raíces con frecuencia permiten sacar conclusiones.

El heb. pet_en seguramente representa una especie venenosa. Aparece seis veces y mientras que la mayoría de las vss. trad. “áspid”, la neb tiene “cobra” dos veces y “áspid” cuatro veces. Hay acuerdo general en que COBRA es lo correcto, a que la mordedura del ÁSPID (designación que ha caído en desuso) se usaba en Egipto para cometer suicidio; el veneno neurotóxico de la cobra generalmente causa una muerte rápida. Is. 11.8 habla de la “cueva del áspid”; las cobras viven típicamente en cuevas. El encantamiento con serpientes se menciona claramente en Sal. 58.4–5, “la voz de los que encantan”, con referencia al pet_en; tradicionalmente se usan las cobras con este fin. La importancia metáforica de la serpiente ardiente recibe realce por la referencia que hace a ella nuestro Señor en Jn. 3.14. El contexto de Nm. 21, donde aparecen tanto nahas como saraf, permite hacer algunas deducciones, y cuatro hechos sugieren que se trata de la que se denomina Echis. Es notoria porque ataca sin provocación, lo cual es raro en las víboras; su veneno es principalmente hemolítico, y causa la muerte después de varios días; es más activa de día que las otras víboras del desierto; en partes de Asia y África se multiplica mucho en zonas limitadas. Cuando los israelitas clamaron pidiendo ayuda, Dios le dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la colocase sobre un asta a fin de que los que la miraran con fe se salvasen. Parece que esa serpiente de bronce, o una réplica de la misma, posteriormente se transformó en objeto de culto idolátrico, por lo que Ezequías la destruyó en el curso de sus reformas (2 R. 18.4). Existen indicios de un culto a la serpiente en la Palestina primitiva, y hay una alusión directa en Sabiduría 11.15: sobre “adorar reptiles sin razón” (°bj). En Beit Mirsín se ha encontrado una estela plana en relieve de la diosa serpiente. Una serpiente de bronce, de alrededor del ss. XV a.C., de Gezer, tiene el cuello expandido de la cobra, y hay muchos ejemplos de jarras y recipientes para incienso con figuras de reptiles en relieve. Es posible que en “toda forma de reptiles” adorados por los ancianos de Jerusalén (Ez. 8.10) estuvieran incluidas las serpientes.

Cinco palabras heb. adicionales se trad. ÁSPID o víbora. sifoní (Pr. 23.32) trad. “áspid” (°vrv2), “víbora” (°vm), “basilisco” (°vrv1), se encuentra únicamente en pasajes figurados, de los que poco puede inferirse; pero en Jer. 8.17 “áspides contra los cuales no hay encantamiento”, sugiere VÍBORAS DEL DESIERTO. sefa (Is. 14.29) se traducía anteriormente “basilisco” (°vrv1), palabra indefinida y anticuada; °vrv2 trad. ahora “áspid”. sefífon se encuentra únicamente en Gn. 49.17, “víbora junto a la senda, que muerde los talones del caballo.”

Las víboras del desierto Cerastes cerastes y C. vipera se convirtieron en el jeroglífico egp. correspondiente a >f' por la voz onomatopéyica fy, fyt; los tres nombres anteriores pueden tener relación con esto. Tristram destaca que sifon es la forma ár. para la ceraste o víbora cornuda. Si bien las palabras áspid y víbora son prácticamente sinónimas y se refieren a las variedades viperinas del mundo antiguo, áspid se usaba en sentido general, mientras que víbora proviene de vivíparo, y es posterior.

Tanto efceh como aksub se trad. víbora en pasajes figurados, aunque °vrv2 trad. la segunda como “áspid”. El primero es idéntico al ár. afaca, que se usa a veces para serpientes en general, y otras para víboras. aksub tiene relación con la raíz ár. que significa “enroscarse”, lo cual describe la costumbre de las víboras del desierto.

La víbora más grande de Palestina (Vipera palestina) se encuentra en buena parte del territorio, con excepción del desierto; no se la puede equiparar con ninguna de las anteriores, pero es común en Galilea y Judea y podría ser la especie a la que se refiere principalmente el gr. ejidna. Cuatro de las cinco menciones se refieren a una “generación [raza] de víboras”, con el sentido de “nidada”, frase empleada por Cristo y Juan el Bautista para referirse a los fariseos. Esto es acertado, porque dichas víboras tienen crías vivas en grupos. La quinta mención es la única que tiene sentido literal, en Hch. 28.3; la víbora que mordió a Pablo es, tradicionalmente, la víbora común, que puede verse aun hoy en Sicilia y otras islas, aunque no en Malta.

La palabra COCODRILO aparece en Job 41.1 en °vm donde algunas vss. tienen “leviatán”. °vrv2 y otras vss. traducen “cocodrilo” en Lv. 11.30 también. Aunque el pasaje de Job tiene sentido enteramente figurado hay varios puntos que indican que la trad. “cocodrilo” es acertada: p. ej. w. 13–15: “¿Quién jamás abrió la delantera de su cota de malla? dentro de los dobleces de sus mandíbulas ¿quién se meterá?” (v. 13, °vm). “Su cogote está lleno de fuerza … los repliegues de su carne están todos unidos, y si los aprieta no se mueren” (vv. 14–15, °bla). El escenario donde se desenvuelve Job es incierto, pero es probable que haya sido cerca de la costa E del Mediterráneo. En los tiempos bíblicos el cocodrilo del Nilo se podía ver desde el nacimiento hasta la desembocadura del mismo. Mientras que su distribución al N de Egipto en dicho período es desconocida, los cruzados que regresaban traían informes de la existencia de cocodrilos en el río Zerka, que desemboca en el Mediterráneo cerca de Cesarea, el que aun hoy se conoce como el río de los cocodrilos. El cocodrilo se come en diversas partes del mundo, y si bien no puede identificárselo en las listas alimentarias mosaicas, es seguro que sus hábitos carnívoros lo harían inmundo.

Aparte de su uso figurado en Ap. 16.13 (gr. batrajos), la palabra RANA (heb. sefardea) aparece únicamente en relación con la segunda de las plagas divinas enviadas a Egipto (Ex. 8.2ss; y en °vrv2 en Lv. 11.29). Las ranas pertenecen a la clase Anfibios, cuyos miembros tienen que pasar sus primeras etapas en el agua. Varios tipos de ranas, especialmente del género Rana, son comunes en el valle del Nilo, y más de una especie podría haber sido la s\ƒfardeµa que provocó la plaga.

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