Un Poco Más De El Libro De Job


El poema está compuesto por 3 partes:
1. Job debate el problema con sus amigos: Elifaz, Bildad y Zofar (cps 3-31).
2. Job lo discute con Eliú (32:1-37:24).
3. Dios interviene y le explica el problema a Job (cps 38-42). El debate con Elifaz, Bildad y Zofar consta de 3 ciclos, cada uno de los cuales tiene 3 discursos de Job y 1 de cada uno de sus 3 amigos como respuesta (excepto en el 3er ciclo, donde no hay discurso de Zofar).
Los discursos de los 3 amigos han sido comparados con ruedas que giran en el mismo eje, porque todos intentan demostrar que la desgracia es el castigo divino por el pecado.
Después del prólogo en prosa (Job 1:1-2:13) -que presenta el escenario en el que se encuentra a Job postrado sobre un montón de ceniza y rodeado de sus 3 bienintencionados aunque equivocados amigos- comienza el 1er, ciclo de discusión (3:1-11:20). Job pronuncia 3 discursos y, por turno, le responden Elifaz, Bildad y Zofar; en ellos cuenta su aflicción y expresa su incapacidad de comprender por qué Dios permitió que todo eso le aconteciera. Sus amigos afirman que debió haber cometido algún pecado horrendo para merecer un castigo semejante, y lo llaman a arrepentirse. En el 2º ciclo Job sostiene su integridad: él no es culpable de tal pecado (12:1-20:29). Luego lamenta las injustas e inmisericordes acusaciones de sus presuntos "consoladores", y afirma su creencia de que Dios algún día vindicará su causa.
Otra vez responden por turno los amigos reprendiéndolo por sostener una integridad que, a causa de su concepto errado del sufrimiento como castigo por pecados específicos, es crasa impiedad. El 3er ciclo (21:1-31:40) presenta otra vez 3 discursos de Job en los que acota que los malvados a veces prosperan, así como los justos a veces sufren. Apela a Dios a prestar atención a su caso, repasa su experiencia y sostiene su inocencia. Elifaz responde al 1er, discurso de Job; Bildad, al 2º. Lo llaman a arrepentirse, y procuran demostrar que es necio al desear que Dios lo justifique. Silenciados, Elifaz, Bildad y Zofar se retiran del escenario.
Luego aparece Eliú, un joven que ha estado observando la escena, quien ofrece otro enfoque filosófico del tema (cps 32-37): el razona que el sufrimiento no es tanto castigo divino como disciplina correctiva. Después que Eliú habla por algún tiempo, Dios interviene (cps 38-41), y en 3 discursos enfatiza su preocupación por el bienestar del hombre. Dirige la atención de Job a innumerables aspectos del mundo natural, los cuales revelan a Dios como el creador y sustentador de todas las cosas. Si Dios se interesa por todas ellas, ¿puede dejar de interesarse por Job en su abyecta miseria? El clímax llega en una declaración de la omnisciencia y omnipotencia de Dios (41:34). Por tanto, Job puede tener confianza implícita en él. En el epílogo en prosa (cp 42), Job reconoce el gran poder y la sabiduría del Creador. Por medio de su experiencia ha obtenido una apreciación más rica y profunda de Dios y por las formas en que trata con el hombre. Luego el Señor denuncia la falsa filosofía de Elifaz y de sus compañeros y lo llama a orar por ellos (42:7), pero no incluye a Eliú en su censura. Luego quita "la aflicción de Job" y le da el "doble de todas las cosas que habían sido de Job" (v 10). Una rica recompensa aguarda a todos los que soportan las vicisitudes de la vida con paciencia y valor, una retribución que los compensará con creces por todo lo que tuvieron que soportar por causa del pecado, "cien veces más ahora en este tiempo... y en el siglo venidero la vida eterna"


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