El Santuario 08


II. DANIEL 8:14 y 9:23-27, A. Relaciones entre Daniel 8 y 9:23-27
Los estudiosos de la Biblia reconocen, por lo general, que hay una conexión entre el contenido de Daniel 9 y Daniel 8. Ninguna visión se registra en el capítulo 9. Lo que encontramos allí es, más bien, una discusión e interpretación de un período profético de 70 semanas. Esta viene precedida por una oración intercesora ofrecida por Daniel en favor de la ciudad de Jerusalén y de su pueblo (Dan. 9:4-19). El motivo de su preocupación se refleja en la interpretación de las setenta semanas (vers. 24). Esta profecía de tiempo está directamente relacionada con Daniel 8, particularmente con el período profético que allí se registra: los 2,300 años. Una serie de eslabones usados por Daniel establece una conexión entre los dos períodos proféticos. (En cuanto a los eslabones entre Daniel 8 y 9, véase W. Shea, "The Relationship Between the Prophecies of Daniel 8 and Daniel 9", in The Sanctuary and the Atonement, págs. 228-250; G. Hasel, "Little Horn", págs 436-439; Jacques Doukhan, "The Seventy Weeks of Daniel 9: An Exegetical Study", in The Sanctuary and the Atonement págs. 253-255.)

1. Eslabones terminológicos
Daniel usa varios términos claves tanto en el capítulo 8 como en el 9:23-27. Uno de ellos es mar'eh, "visión, aparición". Gabriel vino a explicarle a Daniel la mar'eh (Dan. 9:23). Pero en el capítulo 9 no hay visión. Por tanto, el ángel se está refiriendo a una visión que el profeta había tenido antes. Mar'eh es el mismo término usado en Daniel 8:26 para designar la "visión" relacionada con el período de los 2,300 años. Y es interesante notar que la parte de la visión (chazon) en Daniel 8 que el profeta no había comprendido era la que se relacionaba con los 2,300 años, que él llama la mar'eh (vers. 27). El verbo que utiliza, bin ("comprender"), es usado una vez más en Daniel 9:23 cuando Gabriel dice a Daniel "entiende (bin) la visión [mar'eh]". En otras palabras, el ángel vino para ayudar a Daniel a comprender lo que no había entendido antes en el capítulo 8.
Otro término común a ambos capítulos es el nombre del ángel que interpreta el significado de la visión de Daniel, es decir, Gabriel. Su explicación de la visión registrada en Daniel 8 había concluido al terminar el capítulo. Volvió para darle más información en respuesta a la oración del profeta.

2. La perspectiva del santuario
Ya hemos notado que Daniel 8:9-14 usa los conceptos del santuario para describir la obra del Príncipe y la naturaleza del ataque del cuerno pequeño. Encontramos un interés similar en el santuario en Daniel 9, con referencia a la expiación (vers. 24), las ofrendas sacrificiales (vers. 27), y la inauguración del santuario (vers. 25). Daniel 9 menciona la iniciación de los servicios del santuario después de la muerte del Mesías. En Daniel 8 encontramos al Príncipe oficiando en el santuario como sacerdote, y también vemos al cuerno pequeño oponiéndose a su ministerio, pero así mismo vemos al Príncipe iniciando la fase final de su mediación sacerdotal y el final de los 2,300 años. 
El uso de los conceptos del santuario en Daniel 9 nos sirve en parte para describir al Mesías como una víctima sacrificial y señala el principio de su obra sacerdotal. En el capítulo 8 el Mesías se describe como el sumo sacerdote encargado del continuo y oficiando en el Día de Expiación escatológico. Deberíamos añadir que en el capítulo siete el Mesías se describe como Rey. (Esto fue sugerido por Shea, "Unity", Sanctuary and Atonement págs. 238-240. ) Las visiones apocalípticas de Daniel tratan esencialmente acerca de la obra de Cristo como sacrificio, sacerdote y rey.

3. El elemento tiempo
El elemento tiempo de Daniel 8 fue dejado sin explicación. Daniel 9 incluye un elemento de tiempo que es una explicación parcial pero significativa del que se halla en Daniel 8. El énfasis principal del período de tiempo en el capítulo 8 se hace en la parte final de la profecía. Daniel 9 enfatiza el comienzo del periodo de tiempo y los eventos que conducirían a la inauguración de la obra del Mesías en el santuario celestial. El ministerio diario del Príncipe comenzó inmediatamente después que el santuario fue ungido (Dan. 9:24).

4. El verbo Inicial de Daniel 9:24
Según el ángel intérprete, 70 semanas fueron "determinadas/cortadas con respecto a tu pueblo y a tu santa ciudad". El verbo usado por Daniel es chathak, y esta es la única vez que aparece en la Biblia hebrea. Los estudios de esta raíz realizados en la literatura cananita y en escritos judíos hebreos indican que puede significar tanto "determinar" como "cortar". (Véase Shea, "Relationship", Sanctuary and Atonement págs. 241-246. ) El significado del verbo se desarrolla desde una acción concreta ("cortar") hasta una más abstracta ("determinar", "decidir", etc.). La interpretación más común en aquellas fuentes parece ser "cortar". La posibilidad de que el sentido del verbo en Daniel sea "cortar" queda confirmada por el hecho de que, como ya hemos visto, hay claros vínculos que conectan los períodos de tiempo en Daniel 8 y 9. Por lo tanto, uno podría sugerir que las 70 semanas fueron cortadas de los 2,300 años mencionados en Daniel 8.

B. Contenido de las 70 semanas (32)
Daniel 9:24-27 es esencialmente una profecía mesiánica que anuncia la venida del Salvador y su obra salvífica. Salvo la referencia a la reconstrucción de la ciudad (vers. 25), el resto de la profecía describe la experiencia del Mesías y provee una lista de eventos que habrían de tener lugar como resultado de su experiencia. 
Hacia el fin de las 70 semanas el Mesías habría de ser muerto (vers. 26). Su sacrificio pondría punto final a la transgresión trayendo la justicia sempiterna; sellaría o pondría fin al pecado por medio del perdón; sellaría o confirmaría la veracidad de la visión por medio de su cumplimiento; expiaría el pecado a través de su sacrificio; ungiría el santuario celestial; haría un pacto firme y fuerte con muchos (el nuevo pacto); y haría que cesara el sistema sacrificial del santuario terrenal (el tipo se encontraría con el antitipo). Durante las 70 semanas habría de decretarse la destrucción de la ciudad y el templo (vers. 26, 27). 
Esta profecía se cumplió maravillosamente en Cristo Jesús, quien por medio de su muerte sacrificial trajo eterna salvación y perdón del pecado. Resucitó y ascendió al cielo para ministrar en nuestro favor en el santuario celestial. Así, el santuario terrenal y sus servicios llegaron a su fin, hallando su total cumplimiento en Cristo. Rechazado por su propio pueblo, anunció la destrucción de la ciudad y el templo (Mat. 24:1, 2).

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