La “Gran Ciudad”


¿Cuál es la "Gran Ciudad"? Apocalipsis 11: 7,8 dice: "Pero cuando hayan terminado de dar testimonio [los dos testigos], es decir, cuando hayan terminado de hacer- lo durante los 1.260 años, vestidos de saco, la Bestia que surja del Abismo les hará la guerra, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres quedarán en la plaza de la Gran Ciudad, que simbólicamente se llama Sodoma y Egipto, allí donde también el Señor fue crucificado".
Tenemos que identificar la "Gran Ciudad". Algunos estudiosos la equiparan con la "Ciudad Santa" del versículo 2 y llegan a la conclusión de que es literalmente la ciudad de Jerusalén, donde Jesús también fue crucificado literalmente. Apocalipsis 21: 2, sin embargo, identifica a la "Ciudad Santa" con la Nueva Jerusalén, no con la antigua ciudad de Jerusalén. Dice San Juan: "Y ví la Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo".
Muchos símbolos en el Apocalipsis vienen en pares opuestos. Por ejemplo, hay dos insignias: el "sello de Dios" y la "marca de la bestia". Hay dos resurrecciones, la primera, la de los "bienaventurados y santos", y la segunda, de la que participarán todos los demás. Hay dos mujeres, una pura, vestida de blanco; y la otra es una ramera con vestido rojo. Entre otros pares hay dos ciudades: la santa, y la gran ciudad.
Como acabamos de ver, la ciudad santa es la Nueva Jerusalén. La otra ciudad, la gran ciudad, es Babilonia. "¡Ay, ay, Gran Ciudad! ¡Babilonia, ciudad poderosa!" (Apocalipsis 18: 10; véase también 18: 2, 16, etc.).
Todos sabemos que la ciudad literal de Babilonia floreció allá por la época de Daniel. En los días de San Juan era una ciudad en ruinas, y desde entonces jamás ha vuelto a ser habitada. De manera que la Babilonia del Apocalipsis no puede ser una ciudad literal. Es un símbolo de una vasta comunidad de personas que, como la Babilonia de la antigüedad, lanzaría blasfemias contra Dios y perseguiría a los verdaderos santos.
Hay una Nueva Jerusalén literal, así como antaño hubo una Babilonia literal. A diferencia de la Babilonia literal la Nueva Jerusalén existe ahora mismo en el cielo. De acuerdo con Apocalipsis 21: 1-4 algún día existirá literalmente en la tierra. Pero tal como Babilonia, la Nueva Jerusalén también simboliza algo. Se la llama la "esposa" (novia) del Cordero, que se ha "engalanado" y se ha "vestido" con las "buenas acciones de los santos" (Apocalipsis 19: 7,8).
Como Babilonia, es el símbolo de una vasta comunidad, pero no la de los impíos. La Nueva Jerusalén es la comunidad de los justos, la verdadera iglesia, el "ejército" de Daniel 8: 13, 14, que es "pisoteado" por los habitantes de la gran ciudad: Babilonia.
Pero la gran ciudad se describe en Apocalipsis 11: 8 como el lugar "donde también su Señor fue crucificado". Como lo acabamos de mencionar, esta declaración ha inducido a algunos estudiosos a suponer que se trata de la antigua Jerusalén literal. Pero el mismo lugar recibe "simbólicamente" el nombre de "Sodoma o Egipto". Sodoma es un símbolo de vicio y lujo. (Véase Génesis 19: 4-8 y Ezequiel16: 49, 50, 56-58.) Representa adecuadamente el lujo exorbitante y el vicio de la nobleza europea y la realeza, y las orgías inmorales asociadas con la Revolución Francesa. (París estaba abierta de par en par, y a lo menos la octava parte de las mujeres casaderas, se calcula, habían practicado la prostitución.) El faraón de Egipto en los días de Moisés esclavizó a los israelitas y en tono de burla dijo: "No conozco a Yahvéh y no dejaré salir a Israel" (Exodo 5: 2). Egipto simboliza el insolente escepticismo de los filósofos, y la flagrante descristianización producida por la Revolución.
Hebreos 6: 4, 5 zanja el asunto. Nos demuestra que Jesús ha sido crucificado en cada ocasión cuando su pueblo se ha apartado de la verdad de las Escrituras. "Porque es imposible que cuantos fueron una vez iluminados, gustaron el don celestial y fue- ron hechos partícipes del Espíritu Santo, saborearon las buenas nuevas de Dios y los prodigios del mundo futuro, ya pesar de todo cayeron,. se renueven otra vez median- te la penitencia [el arrepentimiento], pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo de Dios y le exponen a pública infamia".
La santa ciudad fue pisoteada durante la totalidad de los 1.260 días. Los dos testigos durante ese mismo período profetizaron con tristeza y vestidos de saco. Pero cuando ese período terminó, la Revolución Francesa cumplió en forma singular esta referencia a la crucifixión de Jesús.
El epicentro del "terremoto" estaba ubicado en "la décima parte" de la Qudad, y ocurrió hacia el fin de los 1.260 años, en la década de 1790 en adelante.
Francia era la nación cristiana más antigua de Europa Occidental. Fue la más antigua de las naciones cristianas de Occidente que apostató en forma tan apasionada y que tan grotescamente se desembarazó de su cristianismo durante la Revolución Francesa. En este sentido innegablemente bíblico, Francia crucificó a Cristo.
Puesto que el terremoto sólo afectó a la "décima" parte de la gran ciudad, nos damos cuenta de que ésta abarca mucho más que Francia. La gran ciudad es el conjunto de la comunidad, es decir, la cristiandad europea occidental. Este punto resultará más claro cuando examinemos la respuesta a la siguiente pregunta.

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