Los Seres Espirituales de Heb. 12:23



¿ Quiénes son los "espíritus de los justos hechos perfectos" mencionados en Hebreos 12:23?

"Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel" (Heb. 12:22-24).

1. Observaciones contextuales: Siempre deberíamos examinar el contexto del pasaje. En Hebreos 12:18, el apóstol dice a sus lectores que, cuando aceptan a Cristo, no llegan ante la presencia del monte Sinaí, un lugar que inspira temor, sino al monte Sion, un lugar donde los seres humanos y Dios se reúnen gozosamente para celebrar. La experiencia en el Sinaí es contrastada con la de los creyentes cristianos para demostrar que la última es superior. Por fe, los cristianos pueden verse a sí mismos en el monte Sion, en la Jerusalén celestial, ante la presencia de la comunidad celestial. Lo que aún se encuentra en el futuro se describe como una realidad presente aprehendida por la fe (Heb. 11:1). Por lo tanto, los creyentes pueden, por medio de la fe, gozar de la compañía de (1) los ángeles, (2) de congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, (3) la gloriosa presencia de Dios, el Juez de todos, (4) los espíritus de los justos hechos perfectos y (5) Jesús, su mediador. (Ya formamos parte de la familia celestial!
2. La congregación de los primogénitos: Además de los ángeles, el Padre y Jesús, se mencionan otros dos grupos. El primero es el de "la congregación de los primogénitos", entendida como la comunidad integrada por los que pertenecen al Primogénito de Dios (Heb. 1:6). Durante el éxodo de Egipto, Dios se refirió a los israelitas como sus "primogénitos" (Éxo. 4:22, 23), pero ahora el título está más caracterizado como "los que han sido inscritos en los cielos" (traducción literal). La descripción se podría aplicar a los creyentes en general, pero en el contexto parece designar a los fieles del pasado (ver Dan. 12:1), ya considerados por Dios como ciudadanos de la Jerusalén celestial.
3. Los espíritus de los justos hechos perfectos: El segundo grupo mencionado en el texto parece ser diferente: "los espíritus de los justos hechos perfectos". El término espíritu es utilizado varias veces en el libro de Hebreos, pero nunca designa un espíritu descarnado. El término, en este caso particular, podría ser definido por su uso en Hebreos 12:9 (ver Núm. 16:22). Allí, Dios es descrito como el "Padre de los espíritus [ pneumaton ]", en contraste con los"Apadres según la carne [ sarx ]" (versión Biblia de Jerusalén ). La frase "padres según la carne" simplemente significa "nuestros padres naturales", y "Padre de los espíritus" significa "nuestro Padre espiritual". El pasaje contrasta dos modos de existencia: la natural y la espiritual. "Carnal" [ sarx ] es el individuo en su estado natural; "espiritual" [ pneuma ] es el mismo individuo que, como persona espiritual, vive en armonía con Dios. Son llamados "espíritus", porque ya no pertenecen al mundo del pecado, sino al reino espiritual. Son seres espirituales.
Este grupo de creyentes es descrito más adelante como "seres espirituales hechos perfectos", probablemente para distinguirlos de los ángeles, los que en Hebreos son denominados "espíritus ministradores", o "espíritus (seres espirituales) al servicio divino" (Heb. 1:14). Los seres espirituales son identificados como hombres "justos", que han sido "hechos perfectos". Dado que se refiere a los fieles del pasado como "los primogénitos que han sido inscritos en el cielo", este otro grupo probablemente designe a los creyentes cristianos que aún están vivos. Note que no dice "los espíritus de los muertos justos"; son los que "han sido hechos perfectos", o los perfectos a través del sacrificio de Cristo, que ahora tienen total acceso al Padre. De acuerdo con Pablo, los creyentes ya han sido hechos perfectos (Heb. 10:14).
La gloriosa reunión descrita por Pablo es una experiencia futura que podemos anticipar sólo por fe. La fe nos capacita para vernos ya allí, en compañía de los ángeles, en la presencia de Dios y de Cristo, regocijándonos con la presencia de los fieles que han muerto, pero cuyos nombres han sido registrados en el libro de la vida, que resucitarán y, con los creyentes cristianos, son hechos perfectos gracias al poder de Cristo.

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