Los Animales - Parte 10



Las LANGOSTAS son los insectos más importantes de la Biblia, con unas 56 menciones, bajo nueve palabras heb. y una gr. Para el hebreo antiguo la langosta era principalmente un destructor, pero también constituía una útil fuente de proteína animal. Tres sugestiones para interpretar los nombres heb. son:


1. Se refieren a especies diferentes. Esto no puede ser enteramente cierto, por cuanto sólo están comprendidas tres especies de langostas verdaderas: las migratorias, las del desierto y las marroquíes.

2. Representan las diversas fases de color y/o de etapas por las que atraviesan las langostas a medida que crecen. La lista en Jl. 1.4 se considera a veces descripción de una serie de este tipo.

3. Se trata de sobrenombres descriptivos, porque todos los vocablos que tienen raíces identificables se refieren a algún atributo de las langostas. Esto es lo más probable, si bien (1) y (2) pueden ser acertados hasta cierto punto.

Las langostas, pertenecientes a la sección Saltatoria (saltonas), del orden de los Ortópteros, eran los únicos insectos considerados “limpios”, y se las describe en forma pintoresca como poseedoras de “piernas además de sus patas para saltar con ellas sobre la tierra” (Lv. 11.21). Las langostas son, en efecto, SALTAMONTES y dos de las palabras heb. pueden referirse a especies que no son langostas verdaderas: hagab, de una raíz que significa “esconderse”, puede haber sido una especie más pequeña pero reconocible, ya que tres de las cinco menciones se refieren a pequeñez. solam, de una raíz que significa “tragar o destruir”, se traduce a veces “langosta calva” en razón de antiguas afirmaciones talmúdicas de que su cabeza es suave en la parte anterior, lo cual se aplicaría perfectamente a la Tryxalinae, una familia claramente diferenciada de saltamontes.

Diversas vss. manejan estos nombres en forma tan diferente, especialmente cuando se trata de las listas alimentarias y Jl. 1.4, que no tiene sentido tratar de sistematizarlas. arbeh (24 veces) es el término general, que procede de una raíz que significa “multiplicar”, empleado siempre en relación con la octava plaga. A menudo se considera que es una palabra específica para la langosta migratoria. Las otras palabras heb. son hargol, °vrv2 “argol”, trad. incorrectamente “escarabajo” (av) y “grillo” (rsv), probablemente de una raíz que significa “correr velozmente”; gazam, de la raíz “amputar”, “cortar”; yeleq, tal vez de la raíz “lamer o comer completamente”; hasíl, de la raíz “consumir”; selasal, de la raíz “zumbar”; y gob, literalmente “enjambre”.

Las langostas son típicamente gregarias, pero existen pruebas actualmente de que también tienen fases solitarias, y que la costumbre de formar enjambres probablemente sea una respuesta fisiológica a ciertas condiciones. Las migraciones no se realizan según esquemas precisos, y las mangas se orientan básicamente según el viento, por lo menos cuando se trata de distancias grandes (“El viento oriental trajo la langosta,” Ex. 10.13). La biología de todas las especies es fundamentalmente la misma. La hembra deposita paquetes de huevos debajo de la superficie de la tierra, donde pueden permanecer durante muchos meses hasta que la humedad facilita la incubación. La langosta no pasa por las tres etapas de desarrollo que atraviesa el insecto típico; cuando sale del huevo, la larva tiene la forma general del adulto, pero sin alas, las que adquiere gradualmente durante las cinco o seis mudas. A las langostas jóvenes se las llama frecuentemente saltonas. Son enteramente vegetarianas y existen en tal cantidad que hacen desastres en los cultivos; en 1889 una manga de langostas del desierto que cruzó el mar Rojo abarcaba, según se calculó, 5.000 km².

No hay ninguna aseveración directa en el sentido de que los israelitas comiesen langostas, pero la referencia en la lista de alimentos lo sugiere. Con frecuencia se olvida su valor alimenticio potencial en la antigüedad, pero en la literatura hay muchas indicaciones acerca de su uso. Hasta hace años recientes las tribus del desierto y otras las consumían en grandes cantidades, y en ciertas épocas del año probablemente constituían la fuente principal de proteínas, como también de grasa y minerales.

La langosta ha sido siempre sinónimo de “destrucción”, y con frecuencia se consideraba que una plaga de langostas era señal de juicio divino; en tres casos, aparte del de la octava plaga, Dios mandó, o amenazó mandar, langostas como castigo.

HORMIGAS, ABEJAS, y AVISPAS forman el orden de insectos denominado Himenopteros (con alas membranosas), muchas de cuyas especies tienen una organización social compleja. En Palestina las hay de muchos tipos, y de ellos el más importante es la abeja común o melífera, porque hasta el ss. XVIII la miel era el elemento básico para endulzar. El nombre general ABEJA se asigna hoy correctamente a varias familias de este orden, incluyendo la abeja solitaria y el abejorro, como también la abeja mielera común. El heb. debora puede haber servido para abarcar una variedad más grande aun de insectos, incluyendo ciertas moscas que se asemejan a las abejas, pero resulta claro por los contextos que tres de cada cuatro menciones en el AT se refieren a la abeja melífera (Jue. 14.8; Sal. 118.12; Dt. 1.44, °vm). El cuarto pasaje que utiliza esta palabra tiene sentido figurado: Is. 7.18: “Silbará Jehová … a la abeja que está en la tierra de Asiria.” Esta trad. de sûaµraq es preferible a otras. Una tradición que dice que los naturales de Palestina llamaban a sus abejas haciendo silbidos o chiflando sugiere que debora aquí también se refiere a la abeja mielera.

Las numerosas referencias a la *miel en el AT y el NT indican que su uso era común y estaba muy extendido. Es posible que buena parte de la miel la producían abejas silvestres que hacían panales en árboles huecos o en grietas en las rocas, pero desde épocas muy tempranas existe la costumbre de procurar que habiten en panales hechos de juncos o de barro.

El heb. sira se trad. TÁBANO en Jos. 24.12 y AVISPA en Ex. 23.28 y Dt. 7.20, en °vrv2. °vm tiene AVISPÓN en ambos casos, o sea una avispa grande con aguijón muy doloroso y hasta peligroso, que forma colonias y es común todavía en partes de Palestina, incluyendo la zona desértica alrededor del mar Muerto. Todas las menciones se encuentran en contextos bastante semejantes, como Ex. 23.28: “Enviaré delante de ti la avispa.” La referencia podría ser literal, porque hay casos en que los avispones, e incluso las abejas, han causado pánico y estampidas entre el ganado caballar y vacuno. J. Garstang sugiere (en Joshua-Judges, 1931, pp. 112ss, 258ss) que el avispón (“avispa”, °bj; “tábano”, °vrv2) de Jos. 24.12, etc., representa al imperio egp. en Canaán, pero la propuesta no ha encontrado mayor aceptación.

La HORMIGA (heb. nemala) se menciona solamente en Pr. 6.6 y 30.25. Las hormigas varían mucho en tamaño y costumbres, pero todas son sociales, y viven en colonias de entre una docena aproximadamente y cientos de miles. En Palestina hay muchos tipos de hormigas, pero el contexto indica claramente que se trata de la hormiga agostera, llamada a veces hormiga agrícola, que mide unos 6 mm de largo. Sus colonias son comunes y conspicuas en muchas partes de Israel, con excepción de la zona desértica. Junta semillas de muchas clases, especialmente hierbas, durante la primavera y comienzos del verano, y las almacena en galerías subterráneas, con frecuencia después de retirar la cáscara para que se la lleve el viento, lo cual delata claramente la entrada al hormiguero.

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