Filipenses 1:20-25 y 2 Corintios 5:6-8,
¿no nos enseñan que el alma va a Dios cuando la persona muere?
La enseñanza popular de que el alma va al cielo cuando un creyente en Cristo muere, pareciera estar confirmada en estos textos, pero obsérvese que en ninguno de los dos el apóstol Pablo indica cuándo sucederá el encuentro con el Señor, pero sí lo dice en muchos otros lugares de sus escritos.
A los tesalonicenses les explica que cuando venga el Señor se producirá ese feliz encuentro, y que los que "duermen" (los muertos) y "los que vivimos... seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tes. 4: 13-18). A Timoteo le recuerda que el día de su muerte estaba cercano, pero que recibiría "la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida" (2 Tim. 4:7,8). Jesús mismo así lo indicó cuando dijo: "Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras" (Mat. 16: 27).
El pasaje de 2 Corintios 5:6-8 nos permite confirmar lo dicho. Obsérvese el contexto: en los versículos 1-4 hace referencia a la muerte y explica que deseamos "ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial" (vers. 2), "porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos para que lo mortal sea absorbido por la vida (vers. 4). ¿Cuándo seremos revestidos de inmortalidad? ¿En ocasión de la muerte? No, sino en ocasión de la segunda venida del Señor, como lo explica más adelante al decir: "a la final trompeta... los muertos serán resucitados incorruptibles, y noso­tros seremos transformados" (1 Cor. 15: 51-54). Y es tan irrenunciable y determinante la esperanza de la resurrección en el plan de salvación, que si no hay resurrección, Cristo no ha resucitado, seguimos en nuestros pecados, y "entonces también los que durmieron en Cristo perecieron" (vers. 14-18).
Si fuese cierto que el creyente al morir va al cielo y recibe su recompensa, ¿qué necesidad habría de resurrección? No podría decirse que los que durmieron en Cristo "perecieron", puesto que estarían ya con Cristo. Pero la verdad es que todos juntos nos reuniremos con el Señor, los que duermen y los que están vivos, en el mismo día, el de la venida gloriosa del Señor, cuando se producirá la resurrección de los muertos.

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