El culto al dios sol y el domingo VI

Valoraciones de este apartado sobre el Culto Solar en relación al Solis Dies y a los otros aspectos que le acompañan
Por este primer punto estamos comprobando que no es una circunstancia casual sino causal la que lleva a un sector cristiano representativo a adoptar un comportamiento social distinto al de sus raíces. La aceptación de un día de fiesta semanal o de reposo, diferente al que se expone en el Nuevo Testamento y en el Decálogo, responde a una postura político- antropológica romana que rompe con una postura antropológica y cristológico-hebrea.

No es simplemente el cambio de un día por otro, es el canje que resulta de una manera de pensar que discrepa con lo anteriormente establecido. En definitiva se permuta la relación con la deidad provocando un Dios que ya no es el mismo.
Eternamente aparece un día en lugar de otro. Pero esto no se efectúa, si no hay motivos profundos, que el que lo hace cree que están justificados. Ya podemos adornar con terminología Cristológica ese nuevo día; ya podemos argumentar con especulaciones y conjeturas subjetivas; ya podemos buscar interpretaciones a posteriori, gratuitas, sobre el por qué; será la orientación teológica que aparece simultáneamente, y que la historia revela, las que nos expresará el valor e importancia de ese cambio. El descubrir esa direccionalidad nos aportará el conocimiento de las consecuencias contraídas, y nos podrá señalar una vez más, el peligro que supone siempre el ir más allá de lo que está escrito (cf. 18 Coro 4:6). La Palabra de Dios nos enseña, independientemente de lo pequeño que nos pueda parecer un mandamiento de Dios (cf. Mt. 5:17-20), a ser respetuosos y fieles al contenido de la Escritura, y que siempre que se vulnera la voluntad divina trae efectos nocivos para el antropos.

Las Leyes Imperiales, las Episcopales romanas y las Conciliares ratifican el cambio presionando a favor del domingo o día del Sol y en contra del Sábado
Tanto el Código de Iustiniano 143, que recoge la legislación sobre el día del Sol que Constantino ofrece, como el de Teodosio 144 que contiene leyes de los sucesores de Constantino, promulgan a favor del Domingo y en contra de los observadores del Sábado.
La obra de los Concilios ocupan un lugar preponderante, especialmente aquellos que en vida de Constantino son presididos por él.
El Concilio de Elvira en España, en el 305 amenaza con penas eclesiásticas a los que dejen de asistir tres domingos seguidos a la iglesia 145.

Serán los concilios de Arlés (a. 314) y el de Nicea (a. 325), los que, con la presidencia de Constantino, y tratando de solucionar la controversia pascual, se reclame el domingo como común en todos los lugares a fin de celebrar la pascua en ese mismo día. Las expresiones que se utilizan en la carta que el propio Constantino enviará posteriormente a todos los obispos, donde se expresa las decisiones tomadas, nos invita a pensar que el domingo ha sido asumido como fiesta semanal, cuando se indica que "no se tenga nada que ver con los judíos", y se insista a que se acepte el domingo como día de pascua, que había exigido el obispo de Roma en siglos anteriores 146.

El Obispo de Roma, especialmente el papa Silvestre, que coincide en plena transfusión Constántiniana (a. 314-335), exige la celebración de "todos los domingos" en honor de la resurrección de Jesucristo, y legisló sobre el ayuno en sábado, para convertirlo en un día triste sin atractivo alguno 147.

En el Concilio de Laodicea (a. 343), se ven en la obligación de reconocer, el sábado como una fiesta celebrada en honor a la creación aun cuando se les exija a no judaizar estando ociosos, obligándoles a trabajar en sábado, y a descansar el domingo 148.

León el Grande hace oir su autoridad proponiendo el primer día de la creación que lo hace coincidir con el de la resurrección de Jesucristo 149.

Todas estas leyes muestran muy claramente que en numerosos lugares el Sábado se sigue celebrando como el día del Señor. La presión con que se pretende imponer el domingo es una evidencia de que la membresía en general, mantiene el día que se había transmitido con las Escrituras Hebreas, y que habrían sido escuchadas en más de una ocasión por aquellos que tenían acceso a ellas. La evolución experimentada por los escritores representativos no ha sido absorbida por las diferentes comunidades. Ahora, con el poder estatal, se utiliza a éste para reclamar actitudes y posiciones que concuerden con la unidad político religiosa que Constantino ha inventado con el beneplácito del Obispo de Roma.

Vamos a comprobar a continuación que la adopción del Solis Dies, es la manifestación externa de la supeditación a una teología solar de origen Romano, recogido de los Imperios de las cabezas universales anteriores, y estaba suponiendo una pendiente en la que se trastocaban todos los elementos fundamentales de la teología cristiana.

Aceptación de una Liturgia identificadora con las religiones de Misterios: Valores Sacramentales

No podemos pensar tan altruísticamente en el sentido de la cita que a continuación exponemos: «(...) para alcanzar a las gentes en su nuevo campo, parecía a la vez natural y necesario adoptar el domingo como día de reposo para la Iglesia. En este momento era preciso que la Iglesia adopte el día de los gentiles, o bien llevar a estos a cambiar el día. Cambiar el día de los gentiles hubiera constituido una injuria y una piedra de escándalo. La Iglesia podía alcanzarles mejor observando el día gentil» 150.

Por descontado que había una estrategia para ganar a los gentiles pero por medio de un procedimiento que supone el sacrificar lo esencial del cristianismo.

¿Quién se iba a creer un mensaje o aceptarlo por el mero hecho de cambiar de día de fiesta, si con ese día no se lleva implícito una ideología en muchos aspectos idéntica a la religión astral o mitraica?

¿Tan tontos suponían a los paganos esos artífices del plan para ganarlos?
Tenía que haber algo más. Un cambio de día no convence a nadie. Ahora bien, si ese día lleva consigo variantes en la propia liturgia, el asunto podría ser considerado de modo favorable por los propios gentiles. En este caso, el cambio de día nos estaría traduciendo que la elección de ese día distinto es la prueba de que han habido modificaciones sustanciales.
Para tomar la determinación del cambio de día tienen que haber unos motivos con los que se pretende alcanzar unos objetivos.

La Historia Universal de Walter Goetz nos trasmite que el culto y la liturgia había cambiado: .
«El culto de los santos, de las reliquias y de las imágenes, el calendario de las fiestas eclesiásticas y algunos elementos del ritual y del ceremonial eclesiástico proceden de concepciones y de costumbres de la religión antigua anterior al cristianismo y prolongan en realidad lo que pretenden substituir» 151

Los sacramentos han llegado a serlo como consecuencia de que han sido transformados desde una significación puramente simbólica, de acuerdo al texto bíblico, hasta un sentido mágico, mítico y misterioso 152.

En el Solis Dies se celebraba una eucaristía y otros rituales que se identifican con lo que la Iglesia de Roma denomina sacramentos:

"en la mayor parte de los casos los sacramentos (...) son prestamos paganos, esencialmente de la religión mitraíca" 153.
Se trata de una liturgia de misterio, en la que la influencia mitraíca es evidente: el valor sacramental tanto del bautismo y de la llamada eucaristía, y otros ritos paganos que patrocinan con su promoción la adaptación a una sociedad que no quiere despegarse definitiva y totalmente de algunas de las implicaciones de su culto Solar.

Aquí vemos de nuevo que toda la concepción solar asumida por la Iglesia de Roma, el hecho de la adopción de las fiestas y costumbres de la religión solar, está implicando toda una ideología diferente; tan distinta como lo es el pasar del Sábado al Domingo: dos días totalmente distintos que reclaman una ideología diferente para sostener uno u otro día.

En este caso se observa una alteración e innovación sustancial: dar un valor soteriológico y místico, a la manera de las religiones de misterios, a las prácticas relativas a la celebración de la Santa Cena, donde oficiando un sacerdote, al igual que en el ritual pagano, transforma el pan y el vino en la carne y sangre real del dios, y que tomado por el participante se encuentra totalmente en gracia de Dios, y por lo tanto salvado.



143 Libro ill, titulo xn "De Feriis", 1-2,3.
144 Desde el 368, en el 386 y 389 se dieron leyes en contra del sábado y a favor del domingo (recogidas en el código de Teodosio, 1,8; en tomo 8:1, 15; 15:5,2; 2:8, 216, t. 5:59, 65)
145 Ver a C. J. Hefele, Histoire des Conciles d'aprés les documents originaux, traducción de Ucrerq, Paris 1907- 1921, tomo 1, la parte, p. 233.
146 Ver Hefele t.l, la parte, op. C., pp. 460-462).
147 Ver Opusculum LV, De Celebrandis vigiliis, cp. 111 (recogido por Migne, Patrología Latina 1853, CXLV, columna 803; también sobre la expresión Dominicus dies de Silvestre a Migne, PL, VIII, col. 825).
148 Ver el Canon 16 y 29 (recogidos por Hefele, op. c., t. 1, 2a parte, p. 1008 Y 1015)
149 Epístola a Dioscoro, IX, en Migne (PL, LIV, columna 626).
150 William Frederick, Three Profhetical Days, 1900, pp. 169, 170).
Vol.lI,op.c.,p.617.
152 Ver Mircea Eliade, en Historia de las Creencias y de las Ideas Religiosas, vol. 11, op.'c., pp. 315-321. 153 Arqueología 11, n° 13; ver nota n° 14; también Historia Universal de Walter Goetz, vol. 11, p. 586.

Comentarios

Entradas populares