El Imperio Asirio - Parte 3

Sargón II (721–705 a.C.) fue un gobernante enérgico como Tiglat-pileser III. En sus anales afirma que, cuando Iau-bidi de Hamat convenció a los ciudadanos de Samaria a que retuviesen los impuestos, sacó 27.270 (ó 27.290) personas de la zona de Samaria, “con los dioses en los cuales confiaban”. La fecha precisa de este exilio, que quebrantó a Israel como nación independiente, no se ha podido determinar todavía tomando como base los documentos asirios. Hanunu de Gaza había regresado de Egipto con apoyo militar, de modo que Sargón marchó hacia Rafia, donde, en el primer encuentro entre los ejércitos de las dos grandes naciones, derrotó a los egipcios. A pesar de esto, las gentes y los gobernantes de Palestina siguieron apoyándose en Egipto, y la historia de este período conforma un fondo esencial para las profecías de Isaías. En 715 Sargón intervino una vez más, saqueando Asdod y Gat y afirmando haber ”subyugado a Judá”; pero no hay pruebas en el AT de que haya entrado allí en dicha época. Sargón derrotó a Pisiris de Carquemis en el 717 e hizo campañas en Cilicia. Continuó incursionando contra los mannai y contra las tribus en la zona del lago Van (714 a.C.) que estaban inquietas por la presión de los cimerios. En el S invadió Elam, saqueó Susa, y empujó a Marduk-apla-iddina II ( Merodac-baladán) de vuelta hacia las tierras pantanosas en el nacimiento del golfo Pérsico. Sargón murió antes de que se pudiera completar su nuevo palacio en Dur-Sarrutun (Khorsabad).

Los primeros años de Senaquerib (704–681 a.C.) se fueron en suprimir rebeliones que surgieron a la muerte de su padre. Mientras fue príncipe heredero tuvo la responsabilidad de custodiar la frontera N, y el conocimiento adquirido le sirvió en sus relaciones con Urartu y Media, y en sus expediciones militares, que llegaron hasta Cilicia por el O, donde Tarso fue capturada en el 698 a.C. Marduk-apla-iddina arrebató el trono de Babilonia (703–701 a.C.), y se requirió una expedición militar concentrada para desalojarlo. Probablemente fue durante estos años que los caldeos pidieron ayuda a Ezequías (2 R. 20.12–19). La desaprobación de esta alianza por parte de Isaías estaba justificada, porque para el 689 a.C. los asirios habían corrido a Merodac-baladán del país y habían saqueado Babilonia. Una operación naval planeada para cruzar el golfo en persecución del rebelde se anuló al saberse que había muerto en Elam. Más aun, en el 701 a.C. Senaquerib se había encaminado a Siria, había sitiado Sidón, y se había traslado hacia el S a fin de atacar a la rebelde Ascalón. Probablemente fue en esta época que los asirios sitiaron Laquis con éxito (2 R. 18.13–14), victoria que se observa en los bajos relieves del palacio de Senaquerib en Nínive. Luego el ejército salió al encuentro de los egipcios en Elteque. Durante estos movimientos en Judá, Ezequías pagó tributo (2 R. 18.14–16), hecho que se registra en los anales asirios. La opinión de la mayoría es la de que fue posteriormente, durante esta misma campaña y año, que Senaquerib “encerró a Ezequías el judaíta en Jerusalén como un pájaro enjaulado”, y exigió su rendición (2 R. 18.17–19.9). Cualquiera sea la interpretación, los asirios levantaron el sitio repentinamente y se retiraron (2 R. 19.35–36, cf. Herodoto, 2. 141). Otro parecer vincula el sitio de Jerusalén con una campaña posterior, quizá contra los árabes en el 686 a.C. Este punto de vista, que representa a una minoría, supone que no hubo ningún lapso, como es probable, entre el regreso a Nínive y el asesinato de Senaquerib por sus hijos en el mes de Tebet del 681 a.C. (Is. 37.38; 2 R. 19.37). La Crónica babilónica afirma que Senaquerib fue asesinado por “su hijo”, y Esar-hadón, su hijo menor y sucesor, afirma haber perseguido a sus hermanos rebeldes, presumiblemente los asesinos, hasta el S de Armenia (para una discusión más detallada de la aparente discrepancia entre los textos del AT y los asirios en cuanto al lugar y al número de los asesinos, véase DOTT, pp. 70–73).

Senaquerib, con su esposa semítica occidental, Naquía-Zakutu, reedificó Nínive extensamente, sus palacios, sus accesos y templos, y a fin de asegurar la provisión de agua construyó acueductos (Jerván) y represas. Esta agua era usada también para regar grandes parques alrededor de la ciudad. Para llevar a cabo estos proyectos se usaron prisioneros de las campañas, incluyendo judíos, que pueden verse en los relieves de los palacios.

Esar-hadón (680–669 a.C.) había sido designado príncipe heredero por su padre dos años antes de que llegara al trono, y había servido como virrey en Babilonia. Cuando los babilonios del S se rebelaron, una sola campaña bastó para suprimirlos, y Naid-Marduk fue designado como su nuevo jefe en el 678. Pero fue preciso encarar una serie de campañas para contrarrestar las maquinaciones de sus vecinos, los elamitas. En los montes más hacia el N, también, las periódicas campañas mantuvieron a las tribus de Zamua y de la llanura de Media sujetas al dominio asirio. Las tribus del N eran más inquietas, debido a las intrigas de Teuspa y de los cimerios. Esar-hadón también entró en conflicto con tribus escitas (Isûguzai).

En el O Esar-hadón continuó la política de su padre de exigir tributo a las ciudades-estados, incluyendo las de Cilicia y Siria. Siria de Tiro se rehusó a pagar y fue atacada, y Abdi-Milki fue sitiada en Sidón por tres años a partir del 676. Esta oposición a la dominación asiria fue instigada por Tirhaca de Egipto y provocó una reacción inmediata. Esar-hadón aumentó el monto a pagar, exigiendo además lana, piedra, y otros elementos para su nuevo palacio en Cala y para la reconstrucción de Babilonia. Puede haber sido en relación con esto último que Manasés fue llevado allí (2 Cr. 33.11). A “Manasés (Menasi) de Judá” se lo menciona entre los que tuvieron que pagar tributo a Esar-hadón en esa época. Estaban incluidos “Baal de Tiro, Qaus-(Quemos)-gabri de Edom, Musuri de Moab, Sili-Bel de Gaza, Metinti de Ascalón, Ikausu de Ecrón, Milki-asapa de Gebal … Ahi-Milki de Asdod, como también 10 reyes de Chipre (Iadnana)”.

Teniendo en cuenta que estos estados debían lealtad cuando menos nominal a Asiria, estaba expedito el camino para el cumplimiento de la ambición de esta de controlar el delta egipcio, de donde procedía buena parte de la oposición. Esto se llevó a cabo mediante una gran expedición en el 672 a.C., que dio por resultado la instalación de gobernantes asirios en Tebas y Menfis. En este mismo año Esar-hadón citó a sus vasallos para que escuchasen su declaración de Asurbanipal como príncipe heredero de Asiria, y de Samas-sum-ukín como príncipe heredero de Babilonia. De este modo esperaba poder evitar disturbios similares a los que señalaron su propia sucesión al trono. Las copias de los términos y los juramentos impuestos en esta ceremonia resultan de interés como indicación del tipo de relación entre un soberano y sus vasallos, basada en “pactos”. Pueden trazarse muchos paralelos entre ella y la terminología del AT (D. J. Wiseman, Vassal-Treaties of Esarhaddon, 1958). Demuestra que Manasés, y todos los otros gobernantes, tienen que haber jurado lealtad eterna a Asur, el dios nacional de su amo (2 R. 21.2–7, 9). Al final del reinado de Esar-hadón comenzaron las revueltas que dichos “pactos” tenían por objeto evitar. El faraón Tirhaca incitó a los jefes locales del Egipto inferior a rebelarse. Estando Esar-hadón en Harán, en camino a aplastar dicha insurrección, murió y fue sucedido por sus hijos, como estaba planeado.

Comentarios

Entradas populares