La Inquisición - 4ta. Parte



-Procedimiento e instrumentos de tortura usados por los inquisidores.

¿Cómo llevaban a cabo los tribunales de la ínquisición su misión de perseguir y destruir a los herejes? Todo aquel que viaja por Europa hoy, puede ver en los museos y en muchos castillos, los instrumentos de tortura que se poseía para arrancar la confesión de los herejes acerca de quiénes compartían su fe.

Toda clase de torturas eran admisibles para extirpar la herejía. Se buscaba con ellas forzar a los testigos a testificar o confesar el nombre de otros herejes. Todos los que eran acusados en una localidad, podían ver, bajo petición, una lista combinada de todos los acusadores, pero sin especificaciones de quién los había acusado. Tampoco se les permitía ninguna ayuda legal. En otras palabras, la apelación era practicamente imposible.
El hermetismo total del interrogatorio hacía que el acusado nunca pudiese enterarse de quienes eran sus acusadores. El "bombardeo de preguntas complejas" a los que lo sometían "inquisidores sagaces y sutiles, hacia que a menudo la víctima ni siquiera pudiese comprender el cargo que había contra ella. Como ha podido probarse vez tras vez al considerar los anales de la historia, los inquisidores solían orquestar tan bien su arsenal de preguntas, a las que alternaban con torturas y amenazas, que era corriente que los herejes no pudiesen hacer otra cosa que decir lo que los inquisidores habían tramado de antemano. Cuando los acusados se negaban a traicionar a los amigos y parientes, se consideraba el hecho "como prueba de que la conversión no había sido completa." De esta forma se acusa hoy a la inquisición de haber diseminado "el miedo y el odio en las herméticas sociedades feudales. "

Esto lo hizo también ofreciendo indulgencias a los que delataban a herejes. Ya en las cruzadas que el papa Inocencio III lanzó en 1207 contra albigenses, ofreció indulgencias, esto es, documentos con "el perdón de pecados pasados y la palma del martirio en el caso de morir en el campo batalla." Por otro lado, todo aquel que delataba a los herejes ante los inquisidores, era normalmente recompensado "con un máximo de tres años de indulgencias por su información."

¿Cuales eran los instrumentos de tortura? La flagelación y el azote, las barras dentadas de hierro con puntas sobre las cuales se acostaba y presionaba a las víctimas, su reclusión en oscuras y estrechas mazmorras, en donde los condenados debían hacer descansar la espalda sobre el frío suelo de los inviernos europeos. También era frecuente que se le diese al prisionero una dieta miserable de pan y agua, con el propósito de debilitarlo y en esta condición, alternar la tortura psicológica con promesas de misericordia o amenazas de muerte. De esta forma se buscaba lograr la confesión y delación de los herejes y sospechosos de herejía.

Comentarios

Entradas populares