El Cangrejos Herradura

Los Cangrejos De Herradura No Han Cambiado En 400 Millones De Años

Uno de los típicos argumentos que presentan los evolucionistas es que los organismos han cambiado a lo largo de una larga historia de evolución biológica en la Tierra. Cambios genéticos a pequeña escala (microevolución) han dado lugar a cambios mucho mayores a lo largo del tiempo (macroevolución). As poblaciones que experimentaban mejoras genéticas, morfológicas y adaptativas eran seleccio-nadas en contra de aquellas poblaciones que experimentaban mutaciones negativas o dificultades en la adaptación al medio ambiente. Como resultado, ciertas formas biológicas se extinguían y otras evolucionaban dando lugar a nuevas estructuras, morfologías, y comportamientos. En ese sentido, el registro fósil debería ser un reflejo de lo que ha pasado a lo largo de esta historia evolutiva a lo largo de millones de años.

Sin embargo, el mismo registro fósil a menudo cuestiona este modelo evolutivo de evolución gradual a lo largo de millones de años. Esto es lo que sugieren unos fósiles de cangrejo de herradura (o cangrejo cacerola) que recientemente han sido descubiertos en Canadá.1 El hallazgo consiste en dos especímenes fósiles casi completos de cangrejos de herradura hallados en rocas del período geológico Orodovícico, que corresponde a unos 445 millones de años de antigüe-dad. Según sus descubridores, estos dos ejemplares retrasan los orígenes evo-lutivos de estos animales unos 100 millones de años, pues hasta el registro más antiguo de estos artrópodos marinos era de 350 millones de años (El Carbo-nífero en la escala geológica evolucion-ista). ¿Pero tienen sentido estas afirmaciones?

El artículo presenta tres características importantes de estos fósiles que son de gran relevancia:

♦ Los especímenes presentan el esque-leto externo (quitina) parcialmente conservado. 

♦ Hay pruebas de la existencia de ojos compuestos. 
♦ Estos organismos son muy similares a los actuales. 

Estos tres detalles morfológicos son de una enorme importancia a la hora de evaluar el origen y evolución de estos organismos. En esencia, indican ausencia de evolución durante al menos 445 millones de años (según la escala crono-lógica evolucionista), algo que en térmi-nos genéticoevolutivos se llama estasis. Comentando el hallazgo LiveScience, el principal autor del estudio señala “No necesari-amente esperaríamos que los cangrejos cacerola se parecieran tanto a los modernos, pero eso es exactamente lo que pare-cen”.2

La lectura del artículo nos permite destacar una serie de características adicion-ales de estos especímenes fósiles:

♦ Estaban perfectamente “equipados”, no eran primitivos, defectuosos, o transicionales. Presentaban todas las características de los cangrejos de herradura en toda su complejidad, y no muestran ningún rasgo morfo-lógico intermedio o transicional entre las supuestas especies ancestrales (que son desconocidas, pero asumidas) y las formas del Ordovícico, del Jurásico y las modernas. 

♦ Aunque aparentemente simples en su morfológica, estos organismos eran enormemente complejos. Pensemos 
en el complejo esqueleto externo de quitina, en el aparato locomotor apendicular, en los complejos ór-ganos internos y en la complejísima fisiología celular y molecular que implica un organismo multicelular.

Estos fósiles ilustran tres problemas que presenta la teoría de la evolución:

1)   Cuando se encuentran nuevas formas fósiles, éstas aparecen completamente formadas, extremadamente complejas y bien adaptadas a su ambiente.

Las  novedades  biológicas aparecen repentinamente en el registro   fósil   sin antepasados  conocidos y sin conexiones    con otras formas. ¿Dónde están las  formas  de  tran-sición?  ¿Dónde  están los ancestros? Las formas de  transición  no  aparecen porque no existen. Los fósiles que  se  hallan  en  las  rocas  son ejemplos  de  la  fauna  y  flora  que existió en el planeta Tierra después de la Creación y no como resultado de las fuerzas de la evolución, porque sino habría numerosas morfologías intermedias que reflejarían la evolución gradual de los organismos.

2) Los ejemplos de estasis morfológica (y por lo tanto genética) cuestionan en su totalidad en concepto de evolución a lo largo de millones de años. No sólo estos fósiles aparecen abruptamente en el registro fósil sin predecesores de ningún tipo, sino que además permanecen inmutables durante más de 445 millones de años sin variaciones genéticas ni morfo-lógicas. Basándonos en el número de generaciones que habrían pasado desde su origen, hubo suficiente tiempo para que las fuerzas inexor-ables del cambio evolutivo (es decir, las mutaciones y la selección natural) 

ejercieran su poder modificador e introdujeran novedades en estos organismos. La respuesta que los paleontólogos han proporcionado a esta paradoja es que el proyecto (o plan, o diseño) corporal que presentaban los cangrejos cacerola “es un buen proyecto”.3 Pero esto no una explicación científica basada en la contrastación de pruebas sino una declaración de fe, una afirmación basada en la presuposición de la evolución.

3) La teoría de la evolución explica cualquier hallazgo, fenómeno, pro-ceso o cambio en la superficie de la Tierra. La evolución explica el cam-bio constante de las especies a lo largo de millones de años (aunque el registro fósil no lo confirme) porque el cambio es inevitable debido a las mutaciones y a la selección natural de las formas más aptas. La evolución también el escenario opuesto, en el que no hay cambios durante muchos millones a años. ¿Qué clase de teoría es esta que explica todo, incluyendo hipotéticos escenarios biológicos tan extremadamente opuestos? La apari-ción y la desaparición de ciertas formas biológicas en el registro fósil son explicadas como los inevitables resultados del cambio genético, los cuales son ignorados cuando se hallan formas que no han cambiado durante muchos millones de años. Parece que la teoría de la evolución puede usarse para explicar cualquier cosa, y se usa a conveniencia según lo que aparezca. Esto la hace tremendamente vulnerable e incoherente. 

El lector debe razonar por sí mismo y juzgar si la evolución es un hecho, tal como nos lo presentan los libros de texto y las publicaciones científicas, o si es una idea que cada vez está perdiendo más fundamento a la luz de los nuevos descu-brimientos científicos.

REFERENCIAS

1.David M. Rudkin, G. A. Y. G. S. N. (2008), The oldest horseshoe crab: a new xiphosurid from Late Ordovician konservat-lagerstätten deposits, Manitoba, Canada, Palaeontology, 51(1), 1-9. 

2.Bryner,  J.  (2008),  Oldest  horseshoe  crab fossil discovered, Live Science,
www.livescience.com,  28  January  2008,


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