24 de febrero de 2010
¿Debe Un Cristiano Guardando El Sábado?
1.- ¿Qué dijo Jesús sobre el sábado? Exo. 20:8
2.- ¿Cuánto tiempo duraba cada día de la semana? Gén. 1:23,31
3.- ¿Cuándo comienza y termina el sábado? Lev. 23:32
4.- ¿Cuál es el día de preparación? Mar. 15:42
5.- ¿Por qué los judíos fueron condenados en los días de Nehemías? Neh. 13:15-22
6.- ¿Qué debemos hacer los sábados? Isa. 58:13-14
7.- ¿Cómo guardó Jesús el sábado? Luc. 4:16
8.- ¿Debemos ayudar a los demás el sábado? Mat. 12:10-13
9.- ¿Cuál fue la señal especial que Dios le dio a su pueblo? Eze. 20:12,20
10.- ¿Qué institución es especialmente destinada a ayudar al
hombre a acordarse de la creación? Exo. 20:8-11; 31:16-17
11.- ¿Para beneficio de quién fue hecho el sábado? Mar. 2:27-28
12.- ¿Jesús quería que sus seguidores guardasen el sábado? Mat. 24:20
13.- ¿Cómo guardó Pablo el sábado? Hechos 13:14, 42, 44
Hechos 16:12-13
Hechos 17:2
Hechos 18:3-4, 11
14.- ¿Qué evidencia bíblica tenemos de que Dios desea que haya
una reunión de culto los sábados? Lev. 23:3; Heb. 10:25
“El sábado no es presentado como una nueva institución, sino como habiendo sido establecido en la creación. Debe ser recordado y observado como la memoria de la obra del Creador. Apuntando para Dios como aquel que hizo los cielos y la tierra, distingue el verdadero Dios de todos los falsos dioses. Todos los que guardan el séptimo día, dan a entender a través de este acto que son adoradores de Jehová...
Dios dio a los hombres seis días en los cuales trabajar, y exige que sus trabajos sean hechos en los seis días destinados para eso. Actos necesarios y misericordiosos son permitidos en el sábado; los enfermos y sufridores en todos los tiempos deben ser tratados; pero el trabajo desnecesario debe ser estrictamente evitado... Aquellos que en el sábado discuten asuntos de negocios o hacen planos, son considerados por Dios como si estuviesen empeñados en la propia transacción de negocio. Para santificar el sábado no debemos ni siquiera permitir que nuestros espíritus se ocupen con cosas de carácter mundano”.
“El sábado fue ordenado en el Edén, y a partir de entonces ha estado en vigor. Este mandamiento comienza con la palabra “Acuérdate”, mostrando que el sábado ya existía cuando Dios escribió esta ley en tablas de piedra en el Sinaí. ¿Cómo pueden los hombres declarar que el cuarto mandamiento pasó, cuando están dispuestos a admitir que los otros nueve están en vigor?”.
“Durante toda la semana nos cumple tener en mente el sábado y hacer la preparación indispensable, a fin de observarlo conforme al mandamiento. No debemos observarlo simplemente como objeto de ley. Debemos comprender sus relaciones espirituales con todos los negocios de la vida. Todos los que consideran el sábado una señal entre ellos y Dios, revelando que El es el Dios que los santifica, han de representar condignamente los principios de Su gobierno. Practicarán día a día los estatutos de Su reino, orando continuamente a Dios para que la santificación del sábado repose sobre ellos. Cada día tendrán la compañía de Cristo, ejemplificándole la perfección de carácter. Día a día su luz refulgirá para otros en buenas obras.
En todo cuanto se relaciona con la obra de Dios, las primeras victorias deben ser alcanzadas en la vida doméstica. Ahí es que debe comenzar la preparación para el sábado. Durante toda la semana compite a los padres acordarse que su hogar precisa ser una escuela en que los hijos sean preparados para el Cielo. Sean justas sus palabras. Expresión alguna que a los hijos no conviene oír, deberá proceder de sus labios. Sea el espíritu mantenido libre de toda irritación. Durante la semana deben los padres proceder como en presencia de
Dios, que les dio los hijos para que sean educados para El. Educad en el hogar la pequeña iglesia de modo a, que en el sábado, esté preparada para rendir culto a Dios en Su santuario. Todas las mañanas y tardes presentad a Dios vuestros hijos como Su herencia redimida con sangre. Enseñadles que su principal deber y privilegio es amar y servir a Dios.
Deberán los padres tener particular cuidado con hacer el culto de Dios una lección objetiva para los hijos. Sus labios deben proferir más a menudo pasajes de las Escrituras, principalmente las que disponen el corazón para la práctica de la religión. Las siguientes palabras del salmista deben ser frecuentemente repetidas: “Oh alma mía, espera solamente en Dios, porque de El viene mi esperanza”. Sal. 62:5.
Cuando el sábado es recordado de esta forma, las cosas temporales no influirán sobre el ejercicio de modo a perjudicarlo. Ningún servicio atinente a los seis días de trabajo será dejado para el sábado. Durante la semana, tendremos el cuidado de no agotar las energías con trabajo físico a punto de, en el día en que el Señor reposó y se restauró, estemos demasiado fatigados como para tomar parte en su culto.
Aun cuando la preparación para el sábado deba proseguir durante toda la semana, el viernes es el día por excelencia de la preparación. Por intermedio de Moisés, dijo el Señor a Israel: “Mañana es el reposo, el santo sábado del Señor; lo que queráis cocer al horno, cocedlo, y lo que quisieres cocer en agua, cocedlo en agua; y todo lo que sobre, guardadlo para vosotros hasta mañana”. “El pueblo se esparcía y lo recogía, lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera o hacía de él tortas”. Exo. 16:23; Num. 11:8. Tenían, pues, alguna cosa que hacer a fin de preparar el pan que les era enviado del Cielo, y el Señor les ordenó que lo hiciesen el viernes, el día de la preparación. Iba en esto une prueba para Israel. Quería Dios probarlos si guardarían o no Su santo sábado.
Estas instrucciones provenientes de los propios labios de Dios, son para nuestra enseñanza. La Biblia es un guía perfecto, y si sus páginas fuesen estudiadas con oración y con espíritu dispuesto a comprender, nadie necesitaría estar en el error a ese respecto.
Muchos necesitan ser instruidos cuanto al modo de presentarse en las reuniones para el culto del sábado. No deben comparecer a la presencia divina con ropa usada en el servicio durante la semana. Todos deben tener un traje especial para asistir a los cultos del sábado. Aun cuando no sea lícito adaptarnos a las modas del mundo, nuestra apariencia exterior no nos debe ser indiferente. Debemos vestirnos con aseo y elegancia, aun cuando sin lujo y sin adornos. Los hijos de Dios deben estar limpios interior y exteriormente.
El viernes deberá quedar terminada la preparación para el sábado. Tened el cuidado de dejar toda la ropa en orden y dejar cocido lo que tenga que ser cocido. Limpiad los zapatos y tomad vuestro baño. Es posible dejar todo preparado, si se toma esto como regla. El sábado no debe ser empleado en arreglar ropa, cocer los alimentos, ni en diversiones o cualquier otra ocupación mundanas. Antes de la puesta del sol, dejad a un lado todo trabajo secular, y haced desaparecer las revistas profanas. Explicad a los hijos ese procedimiento vuestro e indúzcanlos a ayudar en la preparación, a fin de observar el sábado según el mandamiento.
Debemos observar cuidadosamente los límites del sábado. Acuérdense que cada minuto es tiempo sagrado. Siempre que sea posible, los patrones deberán conceder a los empleados las horas que van entre el medio día del viernes y el comienzo del sábado. Dadles tiempo para la preparación, a fin de que puedan saludar el día del Señor con sosiego de espíritu. Procediendo así no sufrirán ningún prejuicio, ni aun en relación a las cosas temporales.
Hay aun otro punto al que debemos dar nuestra atención en el día de la preparación. En ese día todas las divergencias existentes entre hermanos, tanto en la familia como en la iglesia, deben ser removidas. Apártese del alma toda amargura, ira o resentimiento. Con espíritu humilde “confesad vuestras culpas unos a los otros, y orad unos por los otros, para que sanéis” San. 5:16.
Antes de comenzar el sábado, tanto la mente como el físico deben desentenderse de todos los negocios seculares. Dios colocó el sábado al final de los seis días de trabajo, para que el hombre ahí se detenga y considere lo que lucró, durante la semana terminada, en preparativos para aquel reino de pureza a que ningún transgresor será admitido. Debemos cada sábado ajustar cuentas con nuestra alma, a fin de averiguar si la semana recién terminada nos trajo lucro o perjuicio espiritual.
Santificar el sábado al Señor implica en salvación eterna. Dijo Dios: “A los que Me honran, honraré”. 1 Sam. 2:30.
3 comentarios:
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El sábado es equivalente al Domingo que los cristianos celebramos como el dia del Señor?
ResponderBorrarclaro que el cristiano no debe guardar el sabbath eso solo fue establecido para el pueblo judio exclusivamente por medio del pacto perpetuo. Éxodo 31:16-17
ResponderBorrarEs interesante ver que a la misma vez que el mandamiento del día de reposo fue dado también se da el mandamiento de guardar la fiesta de de los panes sin levadura Éxodo 34:18, y la fiesta de las semanas Éxodo34:22. Éstos son conocidos mejor como Pascua y Pentecostés. Si uno guarda el día de reposo, también debe guardar estos otros dos mandamientos que también son considerados días de descanso Éxodo 12:14-16 & Levítico 23:15-21, y qué también fueron dados simultáneamente. Uno no puede escoger qué mandamiento seguir y cuál no seguir.
Hermano el tema no es si uno elige lo que respeta o no el mandamiento del Sábado fue dado por Padre y no para el pueblo de Israel pues moisés pedía al faraón que les dirá a los hebreos cautivos su día de reposos éxodo 5:5 Dijo también Faraón: He aquí el pueblo de la tierra es ahora mucho, y vosotros les hacéis cesar de sus tareas.
ResponderBorrarEste pasaje muestra que ellos descansaban el sábado y los mandamientos escritos por el dedo de YHWH no se habían entregado todavía.