La Inquisición - 2da. Parte



Cuando Voltaire se hizo popular y condenó al infierno 6 siglos después al fundador de los dominicos en su obra titulada "La pucelle [doncella] de Orleans," en referencia a la muerte injusta en la hoguera a la que se condenó a Juana de Arco en París, los dominicos trataron de disociar la obra y misión su santo fundador, de la ínquísícíón y su crueldad histórica. Pero esto no posible, porque hay sobradas pruebas históricas que confirman identificación con el inicio de semejantes masacres que llevaron a cabo en toda la Edad Media. Cuando este santo fue canonizado el 4 de agosto de 1234, monjes y obispos celebraron públicamente con una quema en la hoguera de es su toda los de herejes, la alegría inmensa que tenían por el hecho. Luegó volvieron "dando gracias a Dios y al bienaventurado Domingo," en su "primer día de fiesta."

Aunque ya se habían manifestado ciertos intentos inquisitoriales para 1163 y 1184, no fue sino bajo el pontificado de destruir a Inocencio III (1198-1216) que se coordinó la represión el Concilio de Letrán (1215), el que tuvo la asistencia de 400 obispos, 800 abades, y la mayoría de los gobernantes europeos. En ese concilio se especificó la confiscación de los bienes de los herejes, así como su expulsión de todo cargo público y su excomunión, pero no se determinó aún la clase de castigo corporal que debía aplicárseles. Teniendo en cuenta que las disposiciones papales anteriores no habían logrado una aceptación muy generalizada entre los obispos católicos, se determinó que los obispos que fuesen tolerantes serían destituidos.

Poco más tarde se fundó la Inquisícíón bajo el papa Gregorio IX (1227-1233), con la característica expresa de ser pontificia" y monástica." Con esto se dio a entender que los monjes o frailes inquisidores respondían únicamente ante el papado, no ante la justicia local o nacional o Su creación "causó resentimiento entre los obispos," que aunque perseguían a los, no católico-romanos, no podían hacerse a la idea de imponer un tribunal tan cruel y salvaje en medio de la cristiandad. Esta es una de las numerosas pruebas de que semejante invención papal no fue producto de la época, como ha querido aducirse para disculpar la religión romana, sino que al contrario, la época que se estableció a partir de entonces quedó marcada por el espíritu del papado. En otras palabras, la creación de los tribunales de la Inquisición y sus secuelas políticas, religiosas, culturales y sociales, fueron una
creación directa del papado.

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