1 de agosto de 2009

LA ROPA UNISEX



Una tendencia significativa en nuestros tiempos es la confusión en las distinciones de géneros en el vestido. Charles Winick en su libro, The New People Desexualization in American Life escribió: "Siempre desde el Edén la cosa más provocativa sobre cada sexo ha sido que pareciera y oliera muy diferente el uno del otro. A las mujeres les gustaba que los hombres sus trajes los hicieran lucir más fuertes y más grandes. . . Los hombres respondían a las mujeres cuyos vestidos ajustados suavemente indicaban sus curvas debajo discretamente cuyo olor era garantía." 1

Vive la Similitud . Hoy el mundo de la moda ya no grita " Vive la diferencia", sino " Vive la similitud"!. De hecho, la similitud entre el peinado y la ropa de hombres y mujeres ha llegado a ser tan grande que algunos se divierten sobre el hecho de que uno no siempre puede estar seguro si dos personas jóvenes que caminan en la acera son muchachos, muchachas, o ambas cosas.

Winick ilustró la similitud de estilos al referirse a la obra, " Lady in the Dark" en la que el héroe nota que la ropa entallada de la heroína es muy similar a la suya. "Debemos ir al mismo sastre," dijo.2

Winick comentó, "Cada sexo ha estado adoptando cada vez más las modas y las características externas secundarias del otro en el cuarto siglo desde la obra de Moss Hart (El Venado del Pantano). Si la ropa se vuelve mucho más intersexual, podemos necesitar la ropa de ambos para poder decir a los actores por separado sin una tarjeta de puntuación. "3

El objetivo de este tema . Este tema examina lo que entraña la filosofía de la moda unisex lo que se promueve hoy y el impacto de la moda en el hogar, en el lugar de trabajo, y en la iglesia. Consideraremos cual debe ser la respuesta del cristiano en la ropa unisex, y cómo aplicar el principio bíblico de distinciones de género y la selección de vestidos .

Visión Andrógina . La fuerte tendencia detrás de la ropa unisex de nuestro tiempo es la visión feminista de una nueva sociedad sin género, normalmente conocida como la sociedad andrógina. El término andrógino combina las palabras griegas andros (varón), y gune (hembra). Describe a un individuo que reúne las características masculinas y femeninas.

Los feministas contienden que los hombres y las mujeres son esencialmente lo mismo, salvo las diferencias en los órganos reproductores. Las demás diferencias que se perciben se ha dicho que son culturalmente. La razón de que las niñas juegan con muñecas y los niños con automóviles de juguete no es natural, sino cultural. Para lograr una humanidad verdaderamente auténtica, según los feministas, es necesario destruir los estereotipos sexuales, incluyendo las distinciones de género en el vestido. Este ideal es la nueva androgenia que para los feministas sostiene la promesa de una nueva sociedad donde los roles de hombres y mujeres son sin diferencias e intercambiables.

Los feministas ven esta sociedad andrógina como imperativa en lograr la liberación de las mujeres del papel sumiso. "Aunque aquéllos que defienden lo unisex son pocos, " según Roland Martinson, hay muchas mujeres que siguen un camino masculino hacia lo que creen esa la liberación. " 4

Los feministas han tenido mucho éxito en vender su visión revolucionaria de una sociedad andrógina. No sólo vemos en la moda unisex, sino en otras áreas también.

Allan Carlson documenta el impacto de la visión andrógina en cuatro segmentos de nuestra sociedad:

"(1) A partir del 1980, el 72% de los profesionales de la salud mental. . . describieron como andrógino a un adulto socialmente competente, maduro y saludable.

(2) Los libros de texto escolares han absorbido la revolución feminista y promueven el ideal andrógino.

(3) Los teólogos en las principales denominaciones protestantes ahora la identifican como andrógina. La principal teóloga feminista Rosemary Reuther defiende esto audazmente en Sexism and the God-talk :Toward a Feminist Theology.

Durante años las nuevas reuniones seccionales de la Sociedad de Literatura Bíblica han dedicado muchos de sus roles de erudición para promover los aspectos del feminismo como andrógino.

(4) Lo Andrógino ha hecho ahora algún avance en la sociedad en incorporar tanto la gerencia como nuestros servicios militares. " 5

La ropa unisex . Los feministas están explorando las diferentes formas de crear una sociedad sin género. Por ejemplo, Sandra Bem, una psicóloga de la Universidad de Cornell, ha intentado levantar sus propios hijos de género esquemáticamente"," es decir, sin género de consciencia .

En una entrevista con Don Monkerud, reportero para la revista de Omni, Bem dijo que ella y su marido " intentaron eliminar el estereotipo sexual de su propia conducta por compartir los quehaceres del hogar, bañando los niños, y haciendo comidas juntos, y dándoles camiones y muñecas independientes de su sexo. " 6

"A la edad de cuatro años, el hijo de Bem, Jeremías, usaba horquillas [los alfileres que se usaban para mantener el pelo en su sitio] en la escuela de enfermería. Un día un muchacho que repetidamente le decía que 'sólo las niñas llevan horquillas,' Jeremías intentó explicar que el uso de horquillas no lo hace varón o hembra, sino los órganos genitales. Finalmente, en su frustración, él se bajó los pantalones " para mostrar que él era varón. Esto no cambió el pensamiento de su amigo que siguió diciendo, "sólo las muchachas usan horquillas. " 7

Este episodio cómico ilustra la confusión que deriva de promover la ropa unisex.

Los feministas creen que esta confusión es parte del precio que hay que pagar para lograr una sociedad sin género que alegadamente permita una expresión más completa del potencial humano.

En el 1970, la moda de primavera en París que promovía la moda unisex, Diana Trilling escribió en Saturday Review: " Se fue, o se está yendo… es la diferencia socio-sexual entre hombres y mujeres en término de vestidos y peinados. Mientras confieso no tener amor por la dejadez compartida de tantos hombres y mujeres jóvenes, puesto que veo en ello una depreciación de su orgullo en sí como personas, yo doy la bienvenida al vestido unisex si sólo por su criticismo de una cultura en la que los peinados y los vestidos son sexualmente diferentes, diseñados, no por Dios, sino por el hombre, fueren tratados como si fuesen realidades biológicas. Cuando lo veo, o por lo menos cuando lo espero, cualquier cosa que reduzca las separaciones falsas entre hombres y mujeres ligados para reducir sus sospechas y hostilidades, y de este modo les permita una expresión más completa de su potencialidad humana."8

Lo Unisex para Lograr la Igualdad . Esta presunción que subyace es que la ropa y peinados de géneros diferentes no es la intención de Dios y contribuyen a la dominación masculina. Por consiguiente, es indispensable eliminar tales distinciones de géneros para lograr la emancipación de las mujeres.

James Laver sostiene: " En una sociedad patriarcal -en la que el hombre es dominante- la ropa de hombres y mujeres es bastamente diferente. Pero en una sociedad matriarcal [en la que la mujer es la dominante] la ropa usada por los dos sexos llega a ser más y más semejantes. " 9

La ropa unisex que llegó a ser popular en Norteamérica en los años de 1960 refleja el esfuerzo de las mujeres por lograr la igualdad con los hombres.

En su libro “Historic Costume”, Katherine Lester escribió sobre la moda unisex naciente durante los años de 1960: " Con muchas mujeres usando pantalones y muchos hombres disfrutando más ropas y peinados aventureros, las modas de ambos sexos llegaron a ser similares. Esta tendencia, de término 'unisex,' fue con el cambio hacia la igualdad económica y sexual de hombres y mujeres, y la confusión de los roles tradicionales del varón y la hembra en la sociedad."10

Para lograr la igualdad con los hombres, los feministas han promovido las modas masculinas para las mujeres. "La notable Dra. Mary Walker vistió toda su vida con ropa de hombre y promovía la igualdad de los sexos al fundar una colonia femenina llamada 'Eva sin Adán` para probar que la anatomía de una mujer era similar a la del hombre.11

Los hombres también han adoptado los estilos femeninos. Durante los años de 1960, los hombres adoptaron " ropas y peinados que fueron primeramente femeninos. En parte, éste fue un mecanismo para llamar la atención, y darse a conocer. No sólo los grupos de cantantes tales como los Beatles y los Rolling Stones, sino también los varones en las artes y en el teatro favorecieron este corte femenino."12

"Por 1984, " escribió a Don Monkerud, " Boy George pudo dirigirse alegremente, por televisión nacional diciendo: ' quiero agradecer a Norteamérica por conocer a una mujer prominente cuando me ven."13

La Importancia de Distinciones del Género. A pesar de su popularidad, el esfuerzo por eliminar las distinciones del género en la ropa así como en los roles están claramente condenados en la Biblia. Las Escrituras enseñan a respetar las distinciones de géneros en la ropa, así como en los roles funcionales, ya que ellos son parte del orden de la creación.

No es divertido para un hombre vestirse y adornarse como una mujer, o viceversa, porque Dios tuvo la intención de que debe haber una clara distinción entre la apariencia exterior del hombre y de la mujer.

Esto está sencillamente enseñado en Deuteronomio 22:5: " No vestirá la mujer traje de hombre, ni el hombre vestirá ropa de mujer; porque abominación es a Jehová tu Dios cualquiera que esto hace.”

Algunos interpretan esta ley como dirigida contra un cambio simulado de sexo para propósitos inmorales. La mayoría de los comentaristas cuestionan esta interpretación ya que no se ha encontrado ningún dato histórico a esta presunción." 14 Como Keil y Delitzsch notaron, " El diseño inmediato de esta prohibición no era para prevenir el libertinaje, o de oponerse a las prácticas idólatras. . . sino de mantener la santidad de la distinción de los sexos, la cual fue establecida en la creación del hombre y la mujer, en la cual Israel no estaba en pecado.

Cada violación o eliminación de esta distinción. . . era antinatural, y por tanto una abominación al Señor." 15

Esta interpretación se apoya en las estipulaciones de los versículos 9-11 de Deuteronomio 22, qué prohíbe la amalgamación de diferentes clases de semillas o animales, para evitar su confusión y preservarlos intacto, tales como Dios los creó.

La Biblia da gran importancia a la preservación de las distinciones de géneros, no sólo en el vestido, sino también en los roles funcionales. La razón, como ya he mostrado en estudios anteriores,16 es que esto es fundamental para nuestra comprensión de quiénes somos y qué rol quiere Dios que cumplamos. Hay profundas relaciones mutuas de la ropa y la conducta las cuales están edificadas en nuestro mismo idioma. Un traje incluye la costumbre, y el hábito que llevamos se relaciona a los hábitos que tenemos.

¿Naturaleza o Cultura? El esfuerzo por eliminar las distinciones de géneros en la ropa y en los roles funcionales de la suposición que las tales distinciones son grandemente el resultado de la cultura en vez de la naturaleza, la conducta sabia, en lugar de la biología. Para decirlo en otra forma, las distinciones de géneros son culturales en lugar de creacionales. Así es necesario modificar o eliminar esos factores sociales y culturales, tales como las diferencias adoptadas del sexo en la conducta para llegar a ser una sociedad andrógina.

Es digno de notar que la credibilidad de esta visión popular andrógina está siendo desacreditada incluso hoy por los científicos feministas."

Allan Carlson escribió: “La verdad horrible sobre esta revolución andrógina, es que teórica y científicamente es enferma. La investigación honesta durante la última década ha demostrado concluyentemente que el andrógino psicológico es broma." 17

Carlson apoyó esta valoración devastadora por las fuentes científicas bien documentadas, incluyendo, una inmensa serie de artículos, informes de investigación, y abstractas.

Uno de los autores que Carlson mencionó es Melvin Konner que nos ha dado un tratamiento comprensivo del asunto. Aunque un evolucionista convincente, simpático a las aspiraciones andróginas feministas, Konner reconocía que las diferencias del sexo en la conducta son más biológicas que culturales.18

Los sexos son Irremediablemente Diferentes . Konner hizo una relación de los nombres de once " distinguidas mujeres científicas que dedican sus vidas al estudio del cerebro, hormonas o la conducta, ya sea humano o animal."19 Cada una de estas mujeres ha estado envuelta en el movimiento feminista en el nivel de la investigación erudita, todavía cada una de ellas "sin excepción" está de acuerdo que " las diferencias de sexo en la conducta. . . tenga una base que es en parte biológica."20

Según Konner, " Estas mujeres están haciendo un acto de equilibrio de formidables proporciones. Ellas continúan luchando, tanto en privado como en público, por la igualdad de derechos y tratos de las personas de ambos sexos; al mismo tiempo, descubren y reportan evidencia de que los sexos son irremediablemente diferentes que después de que el sexo esté totalmente desnudo, tras las diferencias en el entrenamiento en el camino del corsé con barbas de ballena, todavía se ve diferente, algo basado en la biología."21

Helen Block Lewis es un buen ejemplo de un estudioso feminista que reconoce esas diferencias sexuales en la conducta derivan más de los factores biológicos que culturales. Al dirigir una conferencia de estudiosos principales feministas en una reunión de la Academia de Ciencias el 29 de enero de 1977, Lewis dijo: "Estoy consciente que la noción de diferencias genéticamente determinadas entre los sexos no está de moda, especialmente desde que se usan para promover la subyugación de las mujeres. Pero me parece inútil cometer el error de ignorar la genética sólo porque su importancia ha sido torcida. Por ejemplo, yo creo que era imposible en el presente clima de la inferioridad social de las mujeres para obtener cualquier resultado significativo sobre la diferencias de conductas genéticamente determinadas entre los sexos. . . . Después de investigar en mi libro, cambió mi mente."22

Dijo ella, “La razón es que cuando viene la diferencia entre los sexos, la diferencia entre tener un XX o un XY, como los 23 pares de cromosomas es tremendamente poderoso."23

La Necesidad de Recuperar la Masculinidad y Feminidad Bíblica. Es digno de notar que algunos estudiosos feministas reconocen que las diferencias de géneros en la conducta que la Biblia describe y prescribe como parte de la orden de Dios de la creación, derivan más de la biología que de la cultura y el entrenamiento.

No necesitamos esperar que los científicos feministas descubran esta verdad. Después de todo, ésta es una enseñanza Bíblica fundamental que históricamente ha sido aceptada.

Los hombres y mujeres son biológica, psicológica, y funcionalmente diferentes.

La Biblia nos enseña a respetar estas diferencias. Los esfuerzos para eliminar tales diferencias deben ser vistas como una perversión del orden de la creación divina.

Como cristianos debemos rechazar el ideal feminista incoherente que, como

Elisabeth Elliot lo dijo, "Nivela a todos los seres humanos a un simple nivel sin distinción de rostro, de color, y de sexo dónde gobierna, y la sumisión se considera un maldición donde se tratan los roles de hombres y mujeres como repuestos de máquinas intercambiables, reemplazables, y ajustables, y donde el cumplimiento es un asunto de pura política, cosas como la igualdad y los derechos."24

Esta no es la visión bíblica de masculinidad y feminidad, ni es la visión que tienen los poetas inspirados y las literaturas de las epocas. La visión cristiana brota de una manera misteriosa en la cual Dios creó al hombre y a la mujer diferentes y aun complementarios. Cuando aceptamos esta visión Bíblica no podemos tragar el punto de vista de que la feminidad y masculinidad son un asunto de condición cultural, de estereotipos perpetrados por la tradición.

Es desafortunado que las distinciones de género que han sido abusados para promover la subyugación de mujeres. Deploramos los abusos perpetrados por los hombres contra las mujer, sin olvidar, las mujeres contra los hombres, porque todos han pecado. Esto muestra que vivimos en mundo caído donde el pecado ha estropeado las distinciones armoniosas de los géneros y las relaciones que Dios creó. Como cristianos debemos trabajar redentoramente para corregir las injusticias de los géneros. Debemos hacer esto, sin embargo, no por eliminar las distinciones de género en la ropa o en los roles, sino más bien por erradicar los abusos introducidos y perpetrados por los seres humanos caídos. Lo que los hombres y las mujeres necesitan hoy no es llegar a estar sin género unisex en apariencia y conducta, sino más bien para redescubrir el ideal bíblico de masculinidad y feminidad.

Elisabeth Elliot observa sabiamente, "El mundo busca la felicidad a través de la presunción. El cristiano sabe que el gozo se encuentra en la negación propia. 'El que pierde su vida por causa de mí la hallará,' dijo Jesús. 'La verdadera libertad de una mujer cristiana descansa en el otro lado de la puerta estrecha – obediencia humilde - pero la puerta que lleva a la grandeza de la vida sin sueño por los libertadores del mundo, a un lugar donde la diferencia dada por Dios- entre los sexos no está borrosa pero se celebra, donde nuestras desigualdades son vistas como esenciales a la imagen de Dios, porque es en el varón y la hembra, en el varón como varón y en la hembra como hembra, no como dos mitades idénticas e intercambiables que se manifiesta la imagen de Dios."25

Ropa sin género y Confusión de Identidad . Entremeterse con distinciones de géneros pueden traer consecuencias insondables. Cuando tratamos con la masculinidad y feminidad, estamos tratando, como C. S. Lewis lo señala, con la " vida y sombras horribles de realidades absolutamente más allá de nuestro control y mayormente más allá de nuestro conocimiento directo."26

Históricamente la ropa ha servido para definir nuestra masculinidad y feminidad. Notamos que la ropa no sólo define nuestra identidad ("tu eres lo que usas") sino también nos ayuda a desarrollar una nueva identidad ("tu llegas a ser lo que usas"). Esto significa que cuando confundimos las distinciones de géneros en la ropa, gradualmente perdemos nuestra identidad de hombre o mujer y experimentamos una crisis de identidad.

Michael Levin, profesor de filosofía en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, afirmó: Hay una diferencia profunda y permanente entre los sexos y mucha de la infelicidad moderna viene de los esfuerzos por transformar a las mujeres en pseudoshombres. . . . Nadie se sienta a escoger su personalidad. Eso es una forma idiota de ponerla. Se te ha dado tu personalidad mayormente cuando naces." 27

Charles Winick señaló que la confusión sobre nuestra identidad es proyectada en laboriosa distinción del género en la ropa. "La forma preferida hoy para los hombres y las mujeres es la flojedad y sin forma que expresa y refuerza nuestro confusa masculinidad y femineidad. Vestir más allá profundiza el producto interno y la confusión de cada sexo en cumplir su rol."28

Es interesante notar que cuando las mujeres llegan a ser más masculinas en su apariencia, los hombres llegan a ser más femeninos. El resultado es que algunos hombres quieren que ser cortejados por mujeres en lugar de cortejarse ellos mismos. Conforme a Winick, “los hombres " contemporáneos pueden llevar ropa de colores alegres, perfumes, y joyas como una reflexión de su tendencia creciente a volverse objetos, más bien que los iniciadores, del cortejo."29

Hace más de un siglo Elena White reconoció las serias implicaciones sociales y morales de la ropa unisex. En 1867 ella escribió: " Dios estableció que debía haber una clara distinción entre la ropa de los hombres y las mujeres, y ha considerado este asunto de suficiente importancia para dar instrucciones específicas concernientes a ella; porque si hombres y mujeres llevaran la misma ropa, eso causaría confusión y gran aumento del crimen. Si el apóstol Pablo estuviera vivo y si viera a mujeres que profesan santidad ataviadas con este estilo de ropas, las reprocharía." Testimonios para la Iglesia, tomo 1, pág. 405 (versión en español)

La confusión en el Hogar . La confusión empieza en el hogar cuando los niños ya no pueden decir quién es el que lleva los pantalones," si es mamá o papá." Después de todos los chistes sobre quién es el que lleva los pantalones en una familia Norteamericana, de repente no hay nada para sonreír. Quizás los fabricantes de pantalones son los que ríen, ahora que las tiendas de la ropa de mujeres pueden vender más pantalones que faldas."31

Hace más de treinta años cuando la moda unisex todavía estaba en su infancia, Eloise Curtis, diseñador de ropas juveniles, advirtió del problema de la confusión en el hogar: "En muchos hogares ya no hay una diferencia visible externa entre los sexos. Una mujer que se pone los pantalones inconscientemente se pone las características masculinas al acercase a su bebé. El bebé, al ver sólo pantalones a su alrededor, se confunde acerca de dónde empieza su madre y se va su padre."32

La confusión en el lugar de Trabajo y la Iglesia. La confusión continúa en el lugar de trabajo donde en muchas ocupaciones las mujeres están vestidas como hombres y se espera que realicen con la misma fuerza física como los hombres. Por ejemplo, me preocupa cuando la compañía de servicio de paquete envía una mujer a mi lugar para recoger un gran paquete para enviarlo a ultramar consistiendo en más de 100 paquetes, de aproximadamente 40 libras cada uno. Personalmente pienso que éste es más peso que una mujer debiera alzar y trasladar. Cuando pregunto, " Por qué en su trabajo no le envía a un hombre para que recoja esos paquetes pesados”? la respuesta es simple: "Si queremos el trabajo, tenemos que realizarlo como hombres ". Y para demostrarlo, llevan los mismos pantalones y camisas marrones que llevan los hombres. Pero el hecho permanece que las mujeres no son hombres. Son biológicamente, psicológicamente, y físicamente diferentes a los hombres.

Como cristianos, somos llamados a respetar estas distinciones establecidas por Dios en la creación por tratar a las mujeres como mujeres y no como hombres.

La confusión también está presente en la iglesia donde algunas mujeres llevan trajes con pantalones a la iglesia como hombres y, no sorprendentemente, algunas mujeres quieren servir en el rol masculino de "ancianos, " una palabra que literalmente significa " los hombres más viejos". Yo la encontré perturbadora y divertida al mismo tiempo para descubrir que en algunas iglesias en Europa, algunas mujeres han sido ordenadas como "ancianos" y no como "ancianas," eso es, como un anciano masculino que una anciana femenina.

En nuestro idioma, como en todos los idiomas latinos, los adjetivos pueden ser masculinos o femeninos, dependiendo del final. Esto significa que un hombre más viejo es anciano, con una " o " al final, mientras que una mujer es la anciana, con una " a " al final.

Gramaticalmente hablando, el adjetivo masculino anciano no puede usarse para una mujer. Así que ordenar a una mujer para ser anciano no es solo antibíblico, sino también una contradicción de géneros. Cuando pregunté, "¿Por qué están usando la forma masculina anciano para las mujeres"? la respuesta fue, " Porque las mujeres quieren servir en la iglesia en el rol de liderazgo de los hombres y no en rol sumiso de las mujeres".

Una Señal de Rebelión. Todo esto va a demostrar que vivimos en un mundo en rebelión contra Dios, un mundo en que los hombres y las mujeres quieren encontrar el cumplimiento intentando asumir los roles que Dios nunca quiso que tuvieran. El resultado de esta rebelión es la confusión no solamente de género, sino también en el vestuario. Una mujer que quiere funcionar como hombre lo más probable vestirá como hombre porque, como ya hemos visto, la ropa es un espejo de la mente. Lo que usamos revela lo que somos, o lo que queremos ser. Cruzar la línea de géneros en la ropa causa confusión de géneros. Muchos ya no parecen saber dónde termina un hombre y comienza una mujer.

He examinado un poco aquéllos pasajes bíblicos que nos enseñan a respetar las distinciones del rol sexual y funcional entre los hombres y las mujeres, tanto en el hogar como en la iglesia.

Estas distinciones se reflejan y se refuerzan por una diferencia en el atavío entre los hombres y las mujeres. Los cristianos deben reconocer los esfuerzos de hoy de abolir estas distinciones a través de la popularidad de la ropa unisex como un intento de Satanás por destruir el orden y la belleza de la creación de Dios.

La ropa unisex es un índice del malestar moral de nuestra sociedad. Winick notó: " Las siluetas tienden a ser definidas grandemente, hombros más ancho y cinturas más pequeña cuando la moral es rígida, como en los días de los espartano, Sajones, Cromwell, y Victoria. En tiempos en que es menos morales pero más inciertos y complejos, como los de Luís XIV, el periodo Edwardiano, los años de 1920, y los años posteriores a la 2da Guerra mundial, una silueta más confusa parece preferirse tanto por los hombres como las mujeres. "33

Esta tendencia explica porqué el interés en usar ropa del sexo opuesto está creciendo rápidamente, y varias revistas, (por ejemplo transvestia y Turnabout) están dedicadas al tema."34

El transvestismo está volviéndose más visible y aceptable hoy, porque, como Winick explicó, “las modas normales ya están tan cargadas que toman prestado del sexo opuesto. La existencia de un grupo sustancial que quiere llevar la ropa más aun del sexo opuesto, en un momento cuando cada sexo se parece a una parodia del travestismo, sugiere que la ropa unisex está satisfaciendo las necesidades contemporáneas importantes."35 Desgraciadamente, está satisfaciendo las necesidades de quienes, el uso de las palabras gráficas de Pablo, " Dios los entregó a pasiones vergonzosas. . . . [porque ellos] intercambiaron las relaciones naturales por las de contranatura" (Rom 1:26).

Una respuesta cristiana . ¿Cuál debiera ser la respuesta cristiana a la moda unisex que representa, si no la abolición de distinciones de género, lo más cercano que alguna vez hayamos llegado? Tomemos los pantalones, como un ejemplo, ya que son la adaptación más visible de la ropa de hombres que están usando las mujeres en nuestra cultura occidental. Debe notarse que hay culturas hoy, especialmente en el oriente, donde los pantalones son usados más por las mujeres que por los hombres.

Históricamente también, según Bernard Rudofsky, más mujeres que los hombres han usado pantalones.36

En la cultura occidental por varios siglos los pantalones han estado asociados con los hombres. En el pasado, las mujeres han hecho algunos esfuerzos por llevar los pantalones, pero esto no duró mucho. Por ejemplo, en la década de 1850 los pantalones bombachos se promovieron como " un símbolo de esfuerzos femeninos por lograr la igualdad con los hombres."37 Este esfuerzo, sin embargo, no duró mucho y los pantalones fueron seguidos por vestidos femeninos de faldas anchas que barrían el suelo"38

Hoy la situación es diferente. Los pantalones se han vuelto un permanente artículo de la ropa de mujer. Esto se indica por la lista impresionante de pantalones que las mujeres usan: el pantsuits, el hot pants, stretch pants, bermudas, pantalones del largo del tobillo, los pantalones cortos, culottes, el pantalón Jean, el jumpsuit, o el blue-jeans. A la luz de esta tendencia, ¿debe una mujer cristiana nunca usar ningún tipo de pantalones, ya sea en la casa, en una excursión familiar, en un viaje al campamento, o durante los días de invierno frío? ¿Hace la diferencia la clase de pantalones que usa una mujer?

Proponer que ningún tipo de pantalones debe ser llevado en la vida por las mujeres para cualquier ocasión implicaría que los pantalones son pecaminosos en sí, no importa en la forma en que vengan. Si eso fuera verdad, nadie debe llevar pantalones, incluyendo los hombres. Pero el problema no está en los pantalones, ya que en algunas culturas son un artículo femenino de vestir. El problema no son los pantalones, sino su uso intencional.

Una mujer puede llevar pantalones de lana calurosos durante los días del invierno frío para protegerse del crudo invierno, o pueda llevar pantalones de Bermudas durante una excursión familiar en verano porque son más prácticos que las faldas. Por otro lado, una mujer puede llevar pantalones calientes (Hot pants), o pantalones apretados para seducir. O puede escoger llevar pantsuits porque quiere proyectar una personalidad masculina, del tipo ejecutivo.

La ropa en la Biblia . El intento de la ley Deuteronómica(Deut 22:5) no era prohibir el llevar artículos de vestir que se asemejara a la ropa del sexo opuesto, sino más bien mantener la distinción entre los sexos. Un estudio del vestuario en los tiempos bíblicos revela que había una evidente similitud entre la ropa de hombres y mujeres. De hecho, ambos sexos llevaban los mismos dos artículos básicos del vestido: una prenda interior (el kethoneth hebreo; en griego chiton) y un vestido exterior (el simlah hebreo; El himation griego).


La distinción entre los dos artículos de vestir puede notarse en Mateo 5:40, donde Jesús dijo: " Y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa ".

Jesús está hablando de un acto legal. Se suponía que el demandante exigía sólo la chaqueta (el chiton), es decir, la prenda interior menos cara. Sin embargo, Jesús aconseja al demandado que le permita tener incluso la capa (el himation) que era el vestido exterior más costoso.


La Prenda interior y el Vestido Exterior. La prenda interior era una túnica larga o chaqueta llevada por ambos sexos en tiempos de la Biblia. Éste era el vestido esencial que los hombres y las mujeres llevaban todos los días. El famoso de pinturas a colores Beni-hasan proporciona una ilustración buena de este vestido. Una reproducción colorida aparece en la tapa interior del Diccionario Bíblico Adventista del Séptimo Día.

La pintura muestra un clan de 37 Palestinos que llegan a Egipto para comerciar pintura negra para los ojos a cambio de grano. Su ropa probablemente es la misma que usaba Abraham y su familia. El líder y dos de los hombres que lo acompañan se muestran llevando túnicas coloridas que cubren sus cuerpos desde el hombro a las rodillas, pero dejan los brazos el hombro libres.


Las cuatro mujeres mostradas en la pintura usan vestidos muy coloridos similares al traje de los hombres. Las mayores diferencias son que los vestidos de las mujeres son unas pulgadas más largo, mientras llegan debajo de las rodillas. Se extienden más allá alrededor del cuello que los vestidos de los hombres, cubriendo así el cuerpo más completamente. Y muestran los modelos intrincados de figuras en rojo y azules tejidos en la ropa. En otras palabras, las mujeres llevaban el mismo tipo de túnicas, pero eran más vívidas, unas pulgadas más largas, y cubrían sus cuerpos más completamente que la de los hombres.


El vestido exterior era una túnica o más normalmente un manto, similar a un mantón moderno que se envolvía alrededor del cuerpo. La túnica exterior era usada en ocasiones especiales (1 Crón 12:27; 1 Sam 15:27; 24:4, 11). Nos dicen que Tamar, la hermana de Absalón, estaba llevaba una túnica larga con mangas; porque de este modo eran las hijas vírgenes de los reyes" (2 Sam 13:18). Esto parece haber sido una túnica especial diseñada para las hijas del rey. El manto de púrpura que los soldados romanos colocaron sobre Cristo eran un vestido exterior (Mat 27:28, 31; Juan 19:2, 5). Allí no parece haber sido una diferencia sustancial entre los vestidos exteriores llevados por los hombres y las mujeres.


En vista de la similitud llamativa entre la ropa de hombres y de mujeres en tiempos bíblicos, parece justo concluir que la preocupación de La ley de Deuteronomio no era condenar ninguna semejanza en el estilo entre la ropa de hombres y mujeres, sino más bien el uso de llevar ropa del sexo opuesto. La diferencia de estilo entre la túnica llevada por los hombres y las mujeres pueden haber sido pequeñas, por lo menos en nuestra perspectiva, pero todavía era suficiente mantener una distinción entre la ropa del varón y de la hembra.


Aplicando el Principio de Distinción de Géneros. La Biblia no nos dice qué estilo de ropa deben usar los hombres y las mujeres. Reconoce que el estilo de vestir se dicta por el clima y la cultura. Lo que la Biblia nos enseña, sin embargo, es respetar las distinciones de géneros en la ropa como son conocidas dentro de cualquier cultura. Éste es el principio que debiera guiarnos en la selección del vestir de hoy.


En vista de la tendencia de la moda moderna de eliminar las distinciones de géneros en el vestido (una tendencia que es una abominación a la vista de Dios; vea Deut 22:5), es imperativo para los cristianos preguntar al comprar ropa: ¿Me ayuda este artículo de vestir a identificar mi género, o me hace parecer al sexo opuesto? Cuando usted sienta que cierto tipo de ropa no pertenece a su género, siga su conciencia: No lo compre, incluso si está de moda.


El Ejemplo de Pantalones de Mujeres . ¿Cómo se aplica el principio bíblico de respetar las distinciones de sexo en la ropa que planteamos antes sobre los pantalones?

Tres puntos necesitan ser tenidos en cuenta.

Primero, necesitamos recordar que hasta tiempos recientes en la cultura occidental los pantalones eran exclusivamente un vestido masculino. Yo no recuerdo haber visto alguna vez a una muchacha usar pantalones mientras iba creciendo en mi país. A pesar de su popularidad, todavía se ven pantalones en la cultura occidental como "la más visible adaptación de ropa de hombres en las mujeres."39

Esto significa que los pantalones todavía tienen una connotación masculina y no afirma las distinciones de géneros. De este modo, como regla general en los países occidentales, los pantalones no deben ser llevados por las mujeres cristianas como el uso formal, sobre todo para el culto en la iglesia.

Segundo, hay circunstancias en que es más práctico y conveniente para las mujeres cristianas usar pantalones. Por ejemplo, esto puede ser verdad durante los días del frío invierno, cuando se trabaja en la casa o en una excursión familiar, cuando se monta bicicleta o se practica deportes. En estas circunstancias los pantalones pueden proporcionar más seguridad y protección que las faldas, sin necesariamente poner en peligro la distinción del género. Así en estas circunstancias el uso de pantalones no debiera condenarse, con tal de que sean modestos y apropiados para la ocasión.

Tercero, las mujeres cristianas deben escoger pantalones que identifiquen las distinciones de géneros y que se vean decentes. La tendencia hoy es hacer los pantalones de mujeres tan masculino como sea posible. Por ejemplo, el zípper de los pantalones de las mujeres es a menudo relocalizado de la izquierda al frente, como sucede con los pantalones de los hombres. "Hoy, los pantalones son aun más masculinizado que la difícil geometría de Courrèges', con los diseñadores Norteamericanos, ofreciendo pantalones diseñados para ser usados con blazer cruzados, chalecos laterales y botones de cobre" 40

Otra tendencia es hacer los pantalones de mujeres seductores. Por ejemplo, los pantalones calientes (hot pants) y los pantalones apretados que dejan poco a la imaginación. Una mujer cristiana debe resistirse a estas tendencias por escoger usar solamente pantalones modestos y femeninos. La belleza de una mujer no queda sólo en lo que ella revela, sino también en lo que ella oculta.

No es fácil hoy seguir los principios bíblicos de distinciones de géneros en el vestido, cuando la moda moderna parece inclinada en abolir tales distinciones. Pero nunca ha sido fácil vivir los principios bíblicos. Todavía esto es nuestra vocación cristiana, no conformarse a los valores pervertidos, estilos, y prácticas de nuestra sociedad hedonista, sino ser una influencia transformadora en este mundo a través del poder capacitador de Dios.

La conclusión . La fuerza conductora detrás de la moda unisex de nuestro tiempo es la visión feminista de una nueva sociedad sin géneros donde la ropa y los roles de hombres y mujeres no tienen diferencias y son intercambiables. Las feministas consideran esta sociedad sin género utópica esencial para lograr la liberación de las mujeres de su rol sumiso.

Hemos encontrado que la visión feminista de una sociedad sin género está claramente condenada en la Biblia. Las Escrituras nos enseñan claramente respetar las distinciones de géneros en el vestir así como en los roles funcionales, porque son parte del orden de la creación. La razón es que las distinciones de género son fundamentales para nuestra comprensión de quiénes somos y qué rol quiere Dios que cumplamos.

Como cristianos debiéramos estar agradecidos a Dios por el género femenino que nos ha dado. Una mujer debe estar agradecida que Dios la haya hecho una mujer, notablemente diferente del hombre, y todavía de gran valor en el plan de Dios para la familia, la sociedad, y el mundo. Igualmente, un hombre debe estar agradecido que Dios lo hiciera hombre, notablemente diferente a una mujer, aun de gran valor en el gran plan de Dios para la familia, la sociedad, y el mundo.

En un tiempo cuando la moda moderna está inclinada a eliminar las distinciones del sexo en la ropa y en los roles funcionales, es imperativo para los cristianos respetar su masculinidad y su feminidad dados por Dios vistiéndose de una manera que identifique su género.

Dios estableció que debía haber una clara distinción entre la ropa de los hombres y las mujeres, y ha considerado este asunto de suficiente importancia para dar instrucciones específicas concernientes a ella; porque si hombres y mujeres llevaran la misma ropa, eso causaría confusión y gran aumento del crimen. Si el apóstol Pablo estuviera vivo y si viera a mujeres que profesan santidad ataviadas con este estilo de ropas, las reprocharía." Testimonios para la Iglesia, tomo 1, pág. 405 (versión en español)

Bibliografía

1. Charles Winick, The New People: Desexualization in American

Life (New York, 1968), p. 262.

2. Ibid., p. 263.

3. Ibid.

4. Roland Martinson, “Androgyny and Beyond,” Word and World,

Fall, 1985, p. 373.

5. Allan Carlson, “The Androgyny Hoax: On the Blending of Men

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Work ( Rockford, 1986). The four points are summarized by Robert D.

Culver, in “Does Recent Scientific Research Overturn the Claims of Radical

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the Evangelical Theological Society (March 1987), p. 42.

6. Don Monkerud, “Blurring the Lines: Androgyny on Trial,” Omni

October 1990, p. 83.

7. Ibid.

8. Diane Trilling, “Female Biology in a Male Culture,” Saturday

Review , October 10, 1970, p. 40.

9. James Laver, Taste and Fashion ( London, 1937), p. 29.

10. Katherine Morris Lester and Rose Netzorg Kerr, Historic Costume

(Peoria, Illinois, 1977), p. 288.

11. Quoted in Mary Lou Rosencranz, Clothing Concepts: A Social-

Psychological Approach (New York, 1972), p. 202.

12. Ibid., p. 175.

13. Don Monkerud (note 6), p. 86.

14. J. Ridderbos, Deuteronomy (Grand Rapids, 1984), p. 223. See

also The Interpreter’s Bible ( Nashville, 1981), vol. 2, p. 464; The Expositor’s

Bible Commentary (Grand Rapids, 1992), vol. 3, p. 135.

15. C. F. Keil and F. Delitzsch, Biblical Commentary on the Old

Testament (Grand Rapids, 1952), vol. 4, p. 409. In a similar vein J. Ridderbos

wrote: “These prohibitions are designed to instill respect for the God-given

order of creation and for the distinction between sexes and kinds it presents”

(note 14, p. 135).

16. Samuele Bacchiocchi, The Marriage Covenant (Berrien Springs,

Michigan , 1994), pp. 120-154; also Women in the Church (Berrien Springs,

1992), pp. 110-141.

17. Allan Carlson (note 5), p. 6.

18. Melvin Konner, The Tangled Wing: Biological Constraints on the

Human Spirit (New York, 1982), pp.100-106.

19. Ibid., p. 106.

20. Ibid.

21. Ibid., p. 107.

22. Helen Block Lewis, “Psychology and Gender,” in Genes and

Gender, E. Tobach and B. Bosoff, eds, (New York, 1978), p. 72.

23. Ibid.

24. Elisabeth Elliot, “The Essence of Femininity: A Personal Perspective,”

in Recovering Biblical Manhood and Womanhood: A Response to

Evangelical Feminism, eds., John Piper and Wayne Grudem ( Wheaton,

Illinois , 1991), p. 397.

25. Ibid., pp. 398-399.

26. C. S. Lewis, “Priestesses in the Church?” in God in the Dock:

Essays on Theology and Ethics, ed. Walter Hooper (Grand Rapids, 1970), p. 239.

27. Michael Levin as cited by Don Monkerud (note 6), p. 83.

28. Charles Winick (note 1), p. 264.

29. Ibid.

30. Ellen G. White, Testimonies for the Church ( Mountain View,

California , 1948), vol. 1, p. 460.

31. Charles Winick (note 1), p. 229.

32. San Francisco Chronicle September 26, 1961, p. 9.

33. Charles Winick (note 1), pp. 263-264.

34. Ibid., p. 267.

35. Ibid.

36. Bernard Rudofsky, Are Clothes Modern? ( Chicago, 1947), p. 156.

37. Mary Lou Rosencranz (note 11), p. 170.

38. Ibid.

39. Ibid., p. 227.

40. Ibid., p. 229.

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